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¿Padeces de sudor excesivo aunque no haga calor? Podrías estar sufriendo hiperhidrosis

Si tu ropa es toda blanca o negra para que nadie note los antiestéticos “mapas”, si el sudor que perla tu frente te acompleja o si la idea de darle la mano a alguien es para ti una pesadilla... podrías estar padeciendo hiperhidrosis. Pero tranquila, porque tiene solución.

EL exceso de sudoración también se debe al nerviosimo y el estrés. Pincha aquí y descubre los mejores alimentos contra el estrés y la ansiedad./getty images

EL exceso de sudoración también se debe al nerviosimo y el estrés. Pincha aquí y descubre los mejores alimentos contra el estrés y la ansiedad. / getty images

La hiperhidrosis es un tipo de sudoración patológica porque lo que se considera normal es sudar cuando el cuerpo necesita regular su temperatura, por ejemplo, al hacer ejercicio o cuando hace mucho calor. En esos casos el sudor es un mecanismo compensatorio para mantener la temperatura corporal ya que al sudar la piel se enfría. El problema surge cuando esa sudoración aparece de manera aleatoria, por motivos completamente diferentes a la temperatura. En esos casos se habla de sudoración patológica, hiperhidrosis primaria o sudoración emocional.

La sudoración emocional se denomina de esta manera porque aunque aún se desconocen los mecanismos más íntimos que la producen lo que sí se sabe es que hay factores emocionales implicados en su aparición. Por ello, los pacientes que sufren hiperhidrosis primaria nunca sudan cuando están dormidos. Son personas que, a lo largo del día, aunque sea el mes de enero y esté nevando, sudan a chorros por las axilas, las plantas de los pies o las palmas de las manos, tienen que cambiarse de ropa varias veces a lo largo del día porque en sus prendas aparecen mapas de sudor, se les escurre el bolígrafo al escribir o al tocar el papel éste se empapa... Sin embargo, cuando duermen, el pijama por la mañana está completamente seco.

Un problema frecuente

“Es una sudación que tiene un componente emocional muy importante. Se desencadena por estímulos de estrés mínimos, por la ansiedad, por tener que hablar en público, por tener que relacionarse con los demás... y es un problema relativamente frecuente. No es para nada una consulta extraña en dermatología. Pero seguramente es mucho más frecuente de lo que creemos, ya que mucha gente no suele consultarlo porque consideran que es una cuestión puramente estética y que no que puede solucionarse.

En España se calcula que un 3% de la población tiene una hiperhidrosis axilar o una hiperhidrosis palmar”, explica la doctora Isabel Aldanondo, dermatóloga del Hospital USP San José de Madrid. Como explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) la hiperhidrosis no suele revestir gravedad, pero sí deteriora la calidad de vida de las personas que la padecen. Las zonas en las que suele aparecer son las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas y la cara.

¿Por qué se produce?

No se conoce su origen. Lo que sí se ha comprobado es que es una sudoración que no sigue las vías neurológicas normales. En una hipersudoración normal, cuando se eleva la temperatura de unos receptores que se encuentran en la piel y en los órganos internos, el mensaje de que algo está pasando viaja por las vías nerviosas hasta el centro termorregulador del cerebro, y ese centro termorregulador ante el aumento o disminución de la temperatura corporal pone en marcha una serie de mecanismos que intentan corregir el desequilibrio.

En caso de una elevación de temperatura esos mecanismos consisten, por ejemplo, en que se dilaten los vasos en la piel (vasodilatación periférica) y en que una nueva señal nerviosa viaje a la glándula sudorípara ecrina y le ordena que sude. Sin embargo, este no es el mecanismo que se activa cuando se produce una sudoración emocional porque aparece independientemente de la temperatura corporal. Por lo tanto es un mecanismo diferente, pero aún no se sabe cual.

¿Qué tratamiento tiene?

- ANTISUDORALES: constituyen el primer escalón en el tratamiento de la hiperhidrosis. Estas fórmulas no solo sirven para minimizar el olor, sino que también tienen un cierto efecto limitador de la sudoración. Hay muchos, pero los más conocidos son las sales de aluminio. El problema que tienen es que en altas concentraciones, que son las más eficaces, pueden resultar irritantes. Además, su eficacia es limitada, no funcionan siempre ni en todos los pacientes y su aplicación es bastante engorrosa.

- IONTOFORESIS: es otro tratamiento tópico. Consiste en la aplicación de unas corrientes eléctricas a través de un aparato especial. Hay aparatos de maniluvio y pedilunio. Deben seguirse unas pautas de utilización (por ejemplo, la primera semana se usan todos los días y después tres días a la semana). Los aparatos cuestan unos 300 €.

- TOXINA BOTULÍNICA: en el caso de la hiperhidrosis axilar el botox es, indiscutiblemente, el tratamiento de referencia porque es seguro y eficaz casi en el 100% de los pacientes. Se inyecta en la consulta del dermatólogo y se emplea en pacientes en los que los tratamientos previos han fracasado o les han irritado o no han sido suficientes. Si la hiperhidrosis se sufre en la palma de las manos también se puede emplear este sistema, pero no se obtienen los mismos buenos resultados que en la axila, en un pequeño porcentaje de pacientes (un 5-10%) no se resuelve el problema y en otros puede aparecer una cierta debilidad en el movimiento de pinza de los dedos. También se puede emplear con buenos resultados en la hiperhidrosis facial. Sus principales inconvenientes radican en su precio y la necesidad de realizar entre dos y tres tratamiento al año, pues su duración es de 4 a 6 meses.

- MEDICACIÓN ORAL: Como explica la Academia Española de Dermatología y Venereología, la sudoración se produce por liberación de una sustancia que se llama acetilcolina y los medicamentos anticolinérgicos actúan sobre ella. El problema es que la acetilcolina también interviene en otros procesos como la salivación y al usar estos fármacos se pueden provocar efectos no deseados. Recientemente se ha investigado en otra medicación para los casos de hiperhidrosis generalizada, la oxibutinina clorhidrato, pero aún no hay resultados concluyentes. Además, a muchos pacientes, antes de acabar en la consulta del dermatólogo, se les recetan fármacos destinados a tratar los síntomas emocionales e, indirectamente, influir en la hiperhidrosis. “Yo soy poco partidaria de esto porque lo que se hace es darles sustancias que de alguna manera les calman. Se trata la ansiedad y de manera lateral a lo mejor mejora la hiperhidrosis. Pero estos fármacos tienen efectos secundarios y una eficacia limitada”, explica la dra. Isabel Aldanondo.

- CIRUGÍA: el tratamiento más eficaz que hay contra la hiperhidrosis palmar (aunque también se puede utilizar en las axilas) es una cirugía que se llama simpatectomía transtorácica, que consiste en extirpar los ganglios que estimulan la sudoración. Normalmente la técnica suele ser un éxito, pero puede aparecer un efecto secundario llamado hiperhidrosis compensatoria. Es decir, que como la palma de las manos ya no pueden sudar, se produzcan áreas de sudoración masiva en otras zonas que antes mo existián, por ejemplo, en la espalda.

- LÁSER: “Se perfila como el futuro inmediato. Elimina las glándulas sudoríparas por calentamiento a través de nuevos modelos de láser. Contamos, por ejemplo, con Lipo Light, un láser de diodo que requiere pequeñas incisiones en la piel. Tiene entre un 75% y un 95% de respuesta definitiva. Con todo, la experiencia con láser es algo reciente y necesita tiempo para conocer su eficacia y efectos secundarios”, explica el dr. José Carlos Moreno, Presidente de la AEDV y Jefe Servicio de Dermatología del Hospital Reina Sofía de Córdoba.

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