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La vejez, inicio de una nueva vida

En los países occidentales los jubilados disfrutan de una segunda juventud con un proceso activo y productivo, gracias a esta etapa cada vez más libre de enfermedades.

En los países occidentales los jubilados disfrutan de una segunda juventud. / d.r.

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

El pasado miércoles pude asistir al diálogo de premios Nobel, que se celebró en Madrid, en la Fundación Ramón Areces, sobre el envejecimiento de la población. En él tuvimos la suerte de contar, entre otros, con Ada Yonath premio Nobel de Química en 2009 por su descubrimiento sobre los ribosomas, encargados de producir proteínas en todas las células, desde las más simples, como las bacterias, hasta las más complejas como las humanas, algo esencial para la vida.

Pablación envejecida

También pudimos contar con la presencia de Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, el noruego Edvard Moser premio Nobel de Fisiología y Medicina junto con su esposa, siendo una de las pocas parejas con este galardón, por sus aportaciones en el campo de las neurociencias, etc.

Me llamó la atención que en prestigiosas universidades como Oxford o Harvard ya existen programas o institutos dedicados al estudio del fenómeno del envejecimiento que afecta a la sociedad occidental. Sarah Harper y David Bloom responsables en sendas instituciones asistieron al diálogo. Se trataron aspectos médicos, demográficos, políticos, económicos, culturales y de desigualdad social.

En los países occidentales existe un envejecimiento de la población. De unas pocas decenas de personas centenarias en la primera mitad del siglo XX hemos pasado a varias decenas de miles en la actualidad. Hay incluso personas como la italiana Emma Morano que recientemente murió a la edad de 117 años habiendo nacido antes del año 1900, vivió por lo tanto en tres siglos diferentes. Pero lo más importante es que el período de vida libre de enfermedades, es decir sano, también está aumentando.

La edad de jubilación

En un futuro próximo esto va a producir diversos cambios. Durante la vida de una persona se va a poder formar en diferentes disciplinas. Tendrá suficiente tiempo para estudiar diferentes carreras u oficios. De esta manera, el envejecimiento será un proceso activo y productivo. La jubilación a los 65 años, como en la actualidad, desaparecerá. Esta edad se eligió arbitrariamente por Otto Von Bismarck en 1880, ya que en esa época la edad media de los alemanes era de 70 años. Así pues el tiempo durante el que se pagaban las pensiones era inferior a la actualidad y el número de trabajadores activos por cada jubilado era mayor.

Por lo tanto se prevé un retraso en la edad de la jubilación y que esta sea progresiva dejando el trabajo de manera paulatina y no obligatoriamente. Un poco como nuestro Rey Juan Carlos, que progresivamente ha cesado su actividad hasta abandonar la vida pública en el mes de junio, según se ha anunciado. (La reina de Inglaterra con cerca de 100 años es otro ejemplo viviente de esta teoría sobre la jubilación flexible).

Los avances en la detección precoz de las enfermedades, como el cáncer. El mejor tratamiento de aquellos padecimientos propios de las edades avanzadas como la demencia o el Parkinson, aumentará el periodo de vida libre de enfermedades. El aumento en la edad condicionará que se investigue, de manera intensiva, en disciplinas como la robótica. Los robots serán capaces de realizar los trabajos más pesados. Incluso existirán los que realicen tareas domésticas o de acompañamiento de las personas mayores.

El envejecimiento de la población se interrelaciona con la desigualdad social y cultural. En países como México las clases acomodadas tienen una esperanza de vida similar a la europea, mientras que las más pobres la tienen muy inferior. Hemos de cambiar nuestro concepto de envejecer. Las mejoras en la salud, la evolución de la demografía y los cambios económicos y tecnológicos así lo requerirán en un futuro muy próximo.

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