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¿Por qué lloramos?

No existe ser humano que en algún momento de su vida no haya llorado. Desde bebés hasta ancianos, las lágrimas forman parte de nuestros buenos y malos momentos.

El ser humano es el único que llora para expresar sus emociones. / d.r.

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

Hemos visto a Pedro Sánchez llorar al renunciar a su acta de diputado, a Esperanza Aguirre al ser relacionada con la corrupción. Los deportistas también lloran; David Beckham o Cristiano Ronaldo, al perder la final de la Champions o como no, Paris Hilton al ser detenida por la policía en Los Ángeles. ¿Quién no ha llorado alguna vez? La respuesta es nadie

Sean o no ‘lágrimas de cocodrilo’, expresión que se usa en aquellas personas que simulan pena o dolor por un interés o bien para conseguir algo mediante el llanto. Por cierto, en la antigüedad se pensaba que los cocodrilos lloraban al comer porque les daban pena sus presas. Nada más lejos de la realidad, es un mero acto reflejo. En cuanto a las humanas, ya se conocen desde hace mucho tiempo. Fueron descritas por Plutarco en referencia a las personas que lloran después de cometer un asesinato. La falsedad y la mentira ya existían en la antigua Grecia.

Lo cierto es que el ser humano es el único ser vivo que llora por dolor o motivos emocionales. Se podría decir que las lágrimas, en parte, nos hacen humanos. Las lágrimas emocionales son un fenómeno muy complejo en el que se involucran los centros nerviosos responsables del ritmo cardíaco, la respiración, el sistema nervioso autónomo y los responsables de las emociones. Parece ser que es uno de los reflejos más complejos que existen y en parte es todavía desconocido. Con ellas tratamos de llamar la atención o despertar compasión.

Tipos de lágrimas

También son desconocidos los motivos por los que lloramos. Parece claro que durante la primera infancia se trata de un tipo de comunicación no verbal por la que los bebés nos “informan” de que algo no va bien. Algo les duele, un alimento les ha sentado mal, tienen gases o fiebre. El siguiente llanto que aparece es el de tristeza, situaciones de pérdida, abandono o impotencia, y son las que lo producen con más frecuencia. El último llanto que aparece es el que sucede en situaciones de felicidad. Esto es un tema controvertido. Hay quien piensa que este tipo de lágrimas no existen y cuando lloramos, en estas situaciones, es porque evocamos los recuerdos tristes o las pérdidas que hemos podido tener hasta llegar al éxito. Más extrañas son las lágrimas producidas por la contemplación de la belleza de una obra de arte como una pintura o una pieza musical.

Algunos han postulado que mediante las lágrimas se podrían eliminar ciertas sustancias que nuestro cuerpo produce en situaciones de estrés, como algunas hormonas. Lo cierto es que la composición de las lágrimas es diferente cuando son debidas a situaciones emocionales, que en comparación con las que se producen por irritación por ejemplo. Como todos sabemos, la producida por productos químicos, como los gases lacrimógenos (de ahí su nombre) o cuando se introduce polvo u otro cuerpo extraño en el ojo que nos hace producir lágrimas con el fin de limpiar el órgano de la visión.

Aunque lo más de lo más, ya lo escribieron con maestría nuestros autores del romanticismo como Espronceda, Zorrilla y Bécquer que llorar una sola lágrima: "una lágrima de fuego quemó al mismo tiempo sus párpados y se secó en sus encendidas mejillas".

La composición de las lágrimas es diferente dependiendo de por qué se producen.

Después de derramar una lágrima puede venir un torrente o una erupción volcánica de sentimientos. El poder de una sola lágrima no tiene límites. Tanto estímulo de compasión, como símbolo de inocencia o de la lucha interior entre lo bueno y lo malo, así como de una indescriptible tristeza. Como escribió Gustavo Adolfo: "Llora, y es cada lágrima un poema de ternura infinita".

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