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Los efectos del cambio de hora

Aunque se trata de una leve modificación horaria, lo cierto es que atrasar o adelantar el reloj una hora puede producir alteraciones del sueño, irritabilidad, dolores cabeza, estados de ansiedad o depresión.

El cambio de hora produce alteraciones del sueño. / d.r.

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

Me viene a la mente el recuerdo de mi abuelo manipulando, uno tras otro, la hora de todos los relojes de la casa, para adaptarlos al cambio horario. La tarea no era fácil, había bastantantes y el peor era uno muy antiguo que daba campanadas a "las en punto" y "a las medias". Sincronizar el número de campanadas con la hora era tarea de relojero semiprofesional.

El fin de semana pasado, es decir el último domingo de octubre, es cuando se realiza el cambio del horario de verano a invierno. Esto se hace retrasando una hora el reloj, en la madrugada del sábado al domingo. Viendo a mi abuelo, pensaba que esto se venía haciendo desde tiempos de los griegos o los egipcios, como casi todo. Pero craso error, el cambio se adoptó en 1974, fue una medida debida al pánico posterior a la crisis del petróleo del año anterior.

Parece ser que este cambio horario optimiza las horas de luz y, de esta manera, se produce un ahorro energético que según algunas fuentes podría alcanzar los 300 millones de euros. Esto ha sido algo muy discutido, desde que se instauró la medida. Hoy en día parece que la vida y las costumbres no son tan dependientes de las horas de luz natural. Hasta tal punto que el Parlamento y la Comisión Europeas se han puesto de acuerdo para dejar libertad, a partir del año 2021, a sus estados miembros —entre ellos España— para eliminarlo. Así pues es una medida que a penas ha durado unos 45 años y estamos asistiendo, posiblemente, a uno de los últimos cambios horarios. Por otro lado en nuestro país no se sabe aún lo que va a pasar. Hay una comisión encargada de estudiar el asunto.

Cambiar una hora adelantando el reloj puede parecer un asunto trivial, pero puede ser que no lo sea tanto. Como tenga que coger un avión, tren u otro medio de transporte, el día del cambio, más le vale estar muy atento. La alteración producida por el cambio de una hora no es lo mismo que el 'jet lag' que se produce al cruzar 'el charco' u otros viajes largos en avión. En ellos la variación de los ritmos del organismo es mucho mayor ya que el cambio horario puede ser de varias horas. Algunos piensan que, gracias a la plasticidad y capacidad de adaptación de nuestro cerebro, la alteración es leve.

Principales afectados

El cambio que implica el adelanto de una hora, aunque es muy ligero, puede afectar más a niños, hospitalizados o personas de edad avanzada. Estos últimos, que ya de por sí tienen tendencia a dormir poco, el cambio horario puede hacer que se levanten muy temprano y podemos encontrarnos al abuelo despierto a las 5 de la mañana. El niño puede tener hambre a una hora que no es la habitual y ponerse a llorar, con razón.

El resto de población puede tener alteraciones del sueño con tendencia al insomnio. Irritabilidad, dolores de cabeza. Se pueden exacerbar estados de ansiedad, epilepsia o depresión. Incluso hay estudios que relacionan el cambio horario con un mayor riesgo de infartos y un aumento de los accidentes de tráfico. Aunque parece ser que esto es más frecuente en el cambio de horario de verano.

La melatonina

Los ritmos de nuestro organismo vienen regulados, entre otros factores, por una hormona llamada melatonina. De tal manera que su producción está estimulada en la oscuridad e inhibida cuando hay luz. La melatonina está relacionada con la duración y calidad del sueño. En general, se recomienda regular la hora de ir a la cama, no tomar medicación para dormir, alcohol o bebidas estimulantes y evitar comer abundantemente a última hora para evitar los síntomas del cambio horario.

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