Miles de personas con diferentes enfermedades, a lo largo y ancho de nuestra geografía, se han encontrado con la angustiosa situación de no saber qué hacer. Los hospitales tanto públicos como privados están colapsados, casi en su mayoría, por pacientes con coronavirus. Al ser lugares donde los pacientes afectados se concentran, da miedo acudir a una consulta, bien sea en un hospital o un centro de salud, por temor a contagiarse.
¿Qué hay de los pacientes que tenían programados tratamientos como cirugías, quimioterapia, radioterapia, etc.? Es difícil establecer una recomendación general ya que cada caso es individual. Si es uno de los pacientes afectados, lo más seguro es que ya se hayan puesto en contacto con usted desde cada uno de los servicios responsable.
En general las pruebas diagnósticas o tratamientos que se pueden demorar se están dejando para cuando pase la fase más aguda de la pandemia. Se hacen consultas telefónicas para las revisiones y, solo en casos excepcionales, es preciso acudir al hospital de manera presencial. Tenga en cuenta que los pacientes con este tipo de enfermedades son de particular riesgo en caso de que se vean afectados por la infección por coronavirus y el sitio donde mejor pueden estar es aislados en sus casas y lejos del contacto con otras personas o en un centro sanitario.
También se han creado circuitos especiales para aquellas situaciones que no pueden esperar. A los pacientes se les ve con todas las medidas de seguridad para que no se infecten, tanto ellos como el personal sanitario. Si tienen que realizarse alguna prueba se intenta que las hagan todas el mismo día de la consulta, para ahorrar visitas al hospital y generalmente acompañados por una sola persona.
Quirófanos de urgencia
En los grandes hospitales se ha reducido en gran medida la actividad quirúrgica pero todavía se mantiene algún quirófano para los casos que no pueden demorarse o para las urgencias. También se reserva alguna cama de UCI para ese tipo de pacientes. No tenga miedo, si tiene una apendicitis se le operará.
Da la paradoja que las consultas en urgencias, diferentes a las relacionadas por la infección por coronavirus, se han visto reducidas. Siempre hemos puesto de manifiesto que los servicios de urgencias se ven sobrecargados por casos que no deberían acudir a ellas. Pues bien, ahora la gente ya no acude por cualquier circunstancia gratuita, por la cuenta que les tiene.
En cuanto a la atención primaria, la mayoría de casos que atienden están relacionados con la pandemia. Las consultas que pueden se hacen de manera telefónica. En los centros de salud, donde es posible, también se han establecido circuitos diferentes para los pacientes relacionados con la infección y los que no. En las visitas a los domicilios se mantiene todas las medidas de seguridad cuando están disponibles (guantes, mascarillas, batas, etc.). Cabe destacar la labor de los taxistas solidarios que, de manera desinteresada, si así se les solicita, trasladan al personal sanitario a los domicilios.
Recetas más duraderas
¿Qué pasa con las recetas de medicamentos en aquellas personas con tratamientos crónicos como insulina, antihipertensivos, etc? Para aquellos que tienen recetas normales o bien la receta electrónica, la caducidad se ha visto aumentada más allá del periodo habitual de manera automática, o bien se amplía por consulta telefónica. Lo mismo pasa con las recetas de MUFACE. En caso de no poder acudir a la farmacia, por algún impedimento, muchos colegios farmacéuticos han organizado un sistema de dispensación a domicilio, para que nadie se quede sin su medicación.
Cuídese, ya queda menos tiempo de confinamiento. Quédese en casa para protegerse a sí mismo y a los demás. Salga con mascarilla y guantes. No se descuide. Recuerde que muchas personas que le pueden contagiar no tienen ningún síntoma y no parece que puedan hacerlo.