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Contaminación, la enemiga de la piel

Diversos estudios han dejado patente que la polución tiene efectos nocivos sobre la salud, y la piel está entre los órganos que más sufren sus consecuencias.

La contaminación es uno de los grandes enemigos de la salud en nuestros días. / D.R.

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

Entre 1976 y 1982 el genial pintor tomellosano Antonio López pintó su famoso cuadro, Madrid desde Torresblancas. Acudía siempre a la misma hora para para poder representar los hermosos colores del crepúsculo cayendo sobre la impresionante vista de la capital desde el icónico edificio. Años más tarde, en 2008, dicha pintura fue subastada en Christie's por 1,78 millones de euros, convirtiéndose en el cuadro más valioso de un artista vivo en nuestro país. Hoy en día, por desgracia, tenemos que añadir la boina de contaminación que empaña, la mayoría de los días del año, el paisaje urbano.

Todos los que salimos a correr con asiduidad por las calles de la capital sabemos que la ciudad reseca la piel. Uno llega a casa como si viniera del desierto y normalmente no es suficiente con la reposición de líquidos y electrolitos, hace falta hacerse con una buena crema hidratante para evitar terminar con la piel cuarteada en la cara y las manos.

¿Qué es la contaminación?

La contaminación se compone de un conjunto de sustancias químicas, materias biológicas o partículas que permanecen en suspensión en el aire que respiramos y que pueden producir perjuicios para la salud. Puede deberse a causas naturales, como por ejemplo las partículas de polvo sahariano que nos suelen afectar con bastante frecuencia, o bien al impacto de actividades humanas, como la quema de combustibles de vehículos o calefacciones, etc. El monóxido de carbono (CO), el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión, sobre todo las menores de 2,5 micras, son las más conocidas, pero existen muchas otras sustancias perjudiciales derivadas de las actividades humanas.

¿Cómo nos afecta?

Recientemente se ha publicado un estudio alemán donde se analizan las manchas cutáneas de aproximadamente 400 mujeres residentes en el campo y en la ciudad. En él se pudo observar que la aparición de éstas era mucho más elevada en las urbanitas, todo ello relacionado con la contaminación. Este hallazgo ya se había descrito en otros trabajos realizados con pacientes de varios países.

La contaminación penetra en nuestro cuerpo a través de la respiración y, a través de la sangre, alcanza las capas más profundas de la piel. También se deposita en las capas más superficiales en forma de microparticulas, que obstruyen los poros y alteran la barrera protectora hidrolipídica de la piel. El resultado es que puede producir un envejecimiento prematuro, con arrugas que nos producen la conocida expresión de marioneta, laxitud en la piel de párpados y mejillas y la aparición de manchas como las anteriormente descritas.

También puede favorecer la aparición o empeoramiento de enfermedades inflamatorias como el acné, dermatitis atópicas o eccemas. La psoriasis, aunque no está producida por la contaminación, se ha demostrado que puede empeorar. De hecho la dermatitis atópica y los eccemas son algunas de las enfermedades más frecuentes en las consultas de dermatología –en torno al 25% del total– y su frecuencia está subiendo. Se caracterizan por zonas de enrojecimiento, picor o descamación cutánea, que pueden resultar ser muy molestas y reincidentes. Además, a los efectos de la contaminación se suman los de la radiación solar, multiplicando sus efectos perjudiciales.

Soluciones

¿Qué podemos hacer para paliar los efectos de la contaminación sobre nuestra piel? La limpieza es fundamental. Lavarse la cara por la mañana y por la noche aunque no se utilice maquillaje. Es importante la utilización de cremas hidratantes o cosméticos que hagan de barrera y si contienen antioxidantes, como la vitamina C, para controlar los radicales libres y así evitar el envejecimiento, mejor aún.

No debemos olvidar los principios fundamentales de una vida saludable: realizar una alimentación sana, la práctica de ejercicio físico y evitar el tabaco. Tanto nuestra piel, que es el órgano más grande del cuerpo, como nuestra salud en general nos lo agradecerán. No obstante, si tiene algún problema de tipo cutáneo no dude en acudir a su dermatólogo.

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