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La guerra por la vacuna frente al COVID

Ya hay dos empresas que aseguran haber obtenido más del 90% de eficacia con sus respectivas vacunas.

Ya hay dos laboratorios con buenos resultados en la vacuna frente al COVID. / adobe stock

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

Nuestro gozo en un pozo. Las previsiones de millones de dosis, de las diferentes vacunas frente al COVID, que iban a llegar a finales de este año se van a retrasar. El todavía presidente de EE.UU. Donald Trump prometió vacunaciones masivas durante el mes de octubre, en plena campaña electoral. Parece que ni el ansia por acelerar el proceso, para ganar votos, ha podido hacer de catalizador para que nos lleguen más rápido. La buena noticia es que parece ser que las vacunas tendrán una alta eficacia. Mayor del 90%, tal y como han anunciado las empresas Pfizer y Moderna. Hay que recordar que para que una vacuna sea aprobada por las agencias encargadas del proceso ha de tener una eficacia de más del 50%, con lo cual parece que van sobradas. También es muy alentador que la mayoría de los pacientes que han adquirido la enfermedad durante los ensayos han sido los que estaban en el 'grupo control', es decir a los que no se les había aplicado la vacuna si no un placebo y aquellos pacientes a los que sí se les había aplicado la vacuna y que desarrollaron la enfermedad, lo hicieron con síntomas muy leves. Además parece que la inmunidad adquirida será duradera.

Según sus declaraciones, han estimado que tendrán aproximadamente 45 millones de dosis, suficientes para vacunar a 22,5 millones de personas, para finales de este año. Pero también nos anuncian que para la primavera del próximo año habrá miles de millones de dosis en distribución. Hay que recordar que fabricar estas vacunas no es un tema fácil, siendo una combinación de ciencia, arte y desarrollo empresarial. Se va a utilizar una tecnología nueva, basada en el ARN, que no se ha empleado previamente, pero que parece va a ser muy eficaz. Las dificultades afectan también a las cadenas de producción. Con escasez de materiales como tanques de aluminio, cámaras frigoríficas, bolsas de plástico y todo tipo de materiales necesarios para la fabricación a escala masiva. Además hay países, como La India, que han anunciado que se quedarán con la mitad de las dosis que fabriquen y solo distribuirán el resto a los demás países. Más sorprendente es China, donde parece que ya se está vacunando parte de la población. Sin haber superado los pertinentes ensayos o al menos sin hacerlos públicos.

Inversiones públicas y privadas

Se han realizado enormes esfuerzos tanto por la Unión Europea cómo por el gobierno EE.UU. para acelerar el proceso de desarrollo y fabricación de estas vacunas. Por ejemplo, el Gobierno de Estados Unidos ha invertido más de dos millones de dólares en la de la empresa Moderna. Pfizer se ha negado a recibir subvenciones estatales pero ha realizado contratos con diferentes países a lo largo y ancho del mundo para recibir dinero a cambio de las futuras dosis. Aunque estas empresas han tenido que reducir sus expectativas a la mitad, hay otras como AstraZeneca que han tenido que detener sus ensayos clínicos durante seis semanas. Algo parecido ha pasado con la empresa Novavax que tiene una de las vacunas más avanzadas, pero también va con retraso por problemas con los ensayos. Empresas multinacionales como Johnson and Johnson están todavía más retrasadas y no esperan disponer de la vacuna hasta bien entrado el próximo año.

La conservación: un problema

Otra de las dificultades es la distribución de la vacuna. Por ejemplo, la de Pfizer tiene que estar conservada a unos 70 grados bajo cero, lo cual ha obligado a fabricar granjas de cámaras frigoríficas del tamaño de campos de fútbol por dicha corporación y en Asturias han ofrecido hasta una Mina para conservarla. La vacuna de Moderna parece ser que será más fácil de distribuir, ya que su conservación es con temperaturas más altas, de unos 20 grados bajo cero, que son más fáciles de alcanzar.

21 de marzo-19 de abril

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