El sexo tiene incontables beneficios, no hace falta que te lo digamos dos veces. Hace que tu tez esté más brillante y tenga mejor aspecto, mejora tus cambios de humor e incluso, puede ser la cura para los dolores de cabeza. El sexo (o la falta de él en muchos casos) suele ser 'trending topic' en cualquier sobremesa con amigas -para las reuniones familiares son más pertinentes otros temas- pero la falta de deseo se está convirtiendo en otro tema a tratar y es que, hay veces que las ganas de tener contacto con nuestra pareja o con nosotras mismas no es ni siquiera una posibilidad. Y no entendemos muy bien por qué no nos apetece ni experimentar nuevas posturas ni proponer un plan diferente. Tras estas temporadas de 'abstinencia' el deseo puede volver como si nada, pero hay diversas razones que fomentan esta desaparición, en un principio, inexplicable. ¿Cuáles son?
Dormir poco
Seamos sinceras: la rutina es agotadora. Esperamos con ansias las vacaciones, los días libres y los fines de semana para poder dormir sin horarios y disfrutar de un sueño reparador. Lo más común es que, fuera de estos períodos, solo podamos mantener relaciones sexuales cuando volvemos del trabajo, cosa que hacemos bastante cansados. Puede parecer un tópico, pero de media los españoles suelen dormir cinco o seis horas al día, algo insuficiente. La falta de sueño afecta a la vida cotidiana, por lo que no es de extrañar que la falta de deseo entre en esta combinación, y además, por la puerta grande. La próxima vez que te digan, ''estoy cansado'', creételo. Es una razón más que digna (y justificada).
Períodos de estrés
Junto a la falta de sueño el estrés y la ansiedad son dos de los factores que más afectan al deseo sexual. Cuando atravsamos épocas de estrés, es muy extraño que las ganas de mantener relaciones sexuales aumenten. Incluso, es muy frecuente perder todo deseo y sentirnos apagados. Cuando vivimos situaciones estresantes, ya sea en el trabajo o en la vida personal, los niveles de cortisol se desequilibran y alteran, lo que hace que disminuyan las ganas, ya que se reprime la producción de testosterona y otras hormonas que potencian el deseo.
La menstruación
Las hormonas juegan un papel determinante en el deseo sexual. Hay semanas en las que nuestro líbido se encuentra por las nubes, sin embargo, hay temporadas en las que no nos apetece mantener relaciones sexuales ni masturbarnos. Esto se debe al ciclo menstrual de cada una. Aunque varía mucho ente una mujer y otra, el estrógeno y la testosterona juegan papeles determinantes cuando hablamos de deseo sexual. La fluctuación de esas hormonas determina nuestro estado de ánimo en esta materia. Por ejemplo, es muy usual que a mitad del ciclo, coincidiendo justo con el período de ovulación, te encuentres muy excitada. Así que, aprovecha.
La píldora anticonceptiva y otros medicamentos
La píldora es uno de los métodos anticonceptivos más extendidos. Es más, un 21% de las jóvenes menores de 25 años la toman, según un estudio llevado a cabo por el Observatorio de la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Estos anticonceptivos hormonales tiene testosterona en su formulación, componente clave en la excitación sexual, por lo que muchas mujeres afirman que sienten menos deseo cuando la toman. Asimismo, medicamentos como los antidepresivos también pueden interferir en este proceso, por lo que si estás bajo algún tratamiento, no dudes en consultar a tu médico las posibles contraindicaciones.
La alimentación
Una dieta sana y equilibrada es primordial para mantener un estilo de vida saludable, pero también para mantener relaciones sexuales. Los alimentos fritos y carbonatados hacen que nos sintamos hinchados, factor que no es placentero a la hora de mantener relaciones. Incluso, hay alimentos que mejoran la líbido y el deseo. Beber agua también es importante, ya que la falta de hidratación puede provocar dolores de cabeza e incluso, sequedad vaginal, algo que no es precisamente placentero a la hora del sexo. Por todo esto, come sano y bebe mucha agua, aunque solo sea por el bien de tu vida sexual.
Relaciones sexuales insatisfactorias
El placer, a la hora de mantener relaciones sexuales es muy importante, importantísimo de hecho. El sexo está para pasarlo bien y disfrutar, pero una mala experiencia puede hacer que no nos sintamos del todo a gusto con la situación y que por tanto, nuestro deseo sexual disminuya como consecuencia. Si tu pareja sexual no satisface tus necesidades en la cama, es normal que no te apetezca mantener relaciones. ¿La clave? El diálogo, para que así, vuestra vida sexual sea satisfactoria. Si aún así es imposible, quizá es hora de pasar página.