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No va a pasar demasiado tiempo hasta que Mason, de ocho años, pueda levantar a en peso a su propia madre, Kourtney Kardashian. En una escena no emitida (pero sí filtrada) del último episodio de 'Keeping Up with the Kardashians', la mayor del clan televisivo pasaba el rato, como otras tanta veces, en la cocina, comiendo una de sus míticas ensaladas y conversando con su hermana favorita, Khloé, y un amigo de ambas, Simon Gebrelul. Fue entonces cuando saltó la noticia.
'En cuanto termine la ensalada voy a salir a correr'; anunció Kourtney. Fue entonces cuando Khloé le cuchicheó a su amigo: '¿Sabes cuánto pesa? 44 kilos'. Entonces, le replicó su hermana: '¿Sabes qué? Que he ganado medio kilo: peso 44,5'. Solo 16 kilos más que su hijo mayor, Mason. Lo cierto es que Kourtney, de 38 años, es la más bajita de la familia: mide 1,52 centímetros. De ahí que Kourt les dijera: 'Eh, que se relaje todo el mundo, que soy bajita'.
Lo cierto es que Kourtney se somete a una dieta alimenticia y a un entrenamiento muy exigente. No solo se imita a ingerir alimentos orgánicos sin gota de azúcar, sino que hace ejercicio cada día. 'Trato de evitar a toda costa el azúcar refinada porque es adictivo y no aporta ningún nutriente no te ayuda a soportar las rutinas de entrenamiento. Además, he detectado que tenía más celulitis cuando comía azúcar'. Por supuesto, no bebe bebidas gasificadas y, cuando sale, se limita al vino, la cerveza o tequila. On the rocks.