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Le debo una disculpa. De joven me gustaba, pero me parecían más “auténticos” otros grupos. Ahora sé que algunos de esos “otros” son unos siesos, mientras que Debbie es una mujer maravillosa y sigue dando conciertos a sus 70 años.
Posó para Diego Rivera de joven y fue amiga suya toda la vida. Impulsó que la la obra de Rivera y de Frida Kahlo llegara a los museos. Era amiga de mis padres y me fascinaba. Ya en Madrid, con 12 años, paré a una señora por la calle para preguntarle qué perfume llevaba, porque era el de ella: Shalimar, de Guerlain. Lo usé durante décadas.
De jovencita, estando en los Pegamoides, me dio por lo medieval y la descubrí: una mujer fuerte, que se fue a la Segunda Cruzada. Nació en el momento inadecuado y la pintaron como mala e intrigante, en lugar de como la mujer poderosa que fue.
Hace 15 años escribí sobre ella en el libro Transgresoras y en noviembre, por fin, la conocí en persona, cuando vino a dar una conferencia en Madrid. La admiro por su trabajo, pero también por su serenidad, por esa forma que tiene de transmitir sin violencia su pensamiento. Nunca la he visto exaltada.
Glenn Milstead, que encarnaba a Divine, no era un transexual, sino un actor, un transformista. Sus películas con John Waters me permitieron, en aquel momento de mi vida, congraciarme con mi físico. Divine fue la protagonista de mi primer tatuaje.
No fue la única mujer que reinó en Egipto, pero sí la única que usó atributos de faraón. Fue una visionaria y la conocemos de chiripa: tras morir, se decretó la damnatio memoriae y se intentó borrar su recuerdo.
Una artista más allá de que te guste cómo cante o cómo baile, una personalidad grande. Aún hoy, Mario y yo seguimos viendo sus vídeos en YouTube. Era una estrella y tenía sentido del humor.
Aunque no hubieran sido nada mío, me habría encantado conocerlas. Eran muy modernas (mi abuela se divorció, fue a la Universidad y se negó al luto). Por ellas, soy así.
Se ha hecho a sí misma y no lo muestra como algo desgarrador, sino como un triunfo. Me encanta la gente que no se conforma con lo que hay cuando sabe que lo suyo es otra cosa.
Otra artista total. La conocí cuando su marido, Pepe Tous, nos contrató a Los Pegamoides. Fuimos a su casa de Mallorca a firmar y de pronto llegó ella de la playa. ¡Qué impresión! Una de sus últimas actuaciones fue con nosotros.