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La inquietante vida privada de Vladimir Putin: familia, hijos secretos y la compleja relación con las mujeres del enemigo número uno de la política global

Vladimir Putin mantiene fuera de foco su vida amorosa y familiar, pero los rumores sobre sus hijos secretos amenazan su gran secreto. Ahora que Rusia ha atacado a Ucrania, es el hombre más buscado del momento.

Vladimir Putin es el único mandatario internacional que mantiene en el más absoluto secreto tanto sus hijos como sus relaciones sentimentales. GTRES

Insiste en fotografiarse sin camisa, cazando osos o abrazando a sus amigos (Steven Seagal, Gerard Depardieu) como si fuera uno. A sus 68 años, Vladimir Putin se ha embarcado en un viaje hacia atrás en el tiempo que se refleja en su cara, bastante intervenida por la estética, y en su imagen pública, más interesada en subrayar una hipermasculinidad casi paródica que su papel de abuelo.

Efectivamente: Vladimir Putin podría presumir de su primer nieto y enternecer a la opinión pública global con su inesperada ternura de 'yayo', pero prefiere mantener en secreto todo lo que tiene que ver con su vida sentimental. Apenas nada se sabe de sus hijas y mucho menos de su vida amorosa, aunque el enorme interés por la vertiente romántica de su biografía está consiguiendo hacer algo de luz.

Uno de los últimos actos oficiales en los que participó Lyudmila Putina, la ex mujer de Vladimir Putin y madre de dos de sus hijas. GTRES

La única relación sentimental oficial que Vladimir Putin ha defendido en público comenzó en 1983, cuando se casó con Lyudmila Putina, su única esposa hasta la fecha. Ella era azafata de PJSC Aeroflot, las líneas aéreas rusas (tenía 2 años), y él, funcionario del KGB, los servicios secretos rusos, de 30. La pareja presidencial tuvo dos hijas, María (Leningrado, 1985) y Katerina (Dresde, 1986), ambas educadas en un colegio alemán hasta que Putin ganó la presidencia y tuvieron que recibir clases en casa. María lleva una vida bastante discreta como bióloga: es investigadora en un instituto en Moscú y está casada con el alemán Jorrit Faassen. Katerina, bailarina acrobática y directora de una incubadora de 'startups', se casó con el billonario Kirill Shamalov en 2013. Se divorciaron en 2018.

Por extraño que parezca, Putin jamás ha confirmado quiénes son sus hijas ni ha hablado de ellas en público. De esta forma, evita cualquier tipo de control sobre los negocios de sus hijas o sus carreras profesionales, acaso impulsadas por el poder de su padre. En los últimos años, ambas han aparecido en conferencias y encuentros de negocios o académicos y los periodistas rusos han comenzado a hacer preguntas sobre el origen de sus fortunas e influencia. En 2019, la periodista de la BBC rusa Farida Rustamova insistió a Putin: «Sus viejos amigos, muchos al frente de empresas del estado, están ayudando a los negocios de estas dos mujeres. Podemos verlas cada vez más a menudo en televisión. Todo el mundo sabe quiénes son. Este es un secreto a voces. ¿Cuándo va a admitir que son sus hijas?«.

Vladimir Putin y Alina Kabaeva en 2004, durante un banquete de homenaje a los deportistas olímpicos en el Kremlin. gtres

Vladimir Putin y Lyudmila Putina se divorciaron en 2013, con el Presidente explicando los motivos con una claridad prístina: «Prácticamente no nos vemos. Cada uno tiene su vida». Ella añadió: «Le estoy inmensamente agradecida por sostenerme económicamente». Antes de la ruptura ya había rumores acerca de la vida sentimental paralela del Presidente, aunque esta se considera secreto de Estado. La mujer que hasta la fecha se ha tenido por la nueva novia de Putin es Alina Kabaeva, gimnasta, ganadora de dos medallas olímpicas en Sydney 2000 y Atenas 2004 y llamada «la mujer más flexible de Rusia». Tras retirarse en 2005 apareció desnuda en la portada de Maxim, hizo sus pinitos como cantante y actriz y terminó como diputada en el parlamento ruso entre 2007 y 2014, destacando por su defensa de la legislación que niega derechos a la comunidad LGTBI.

La relación entre Kabaeva y Putin pudo haber comenzado en 2008, y se rumorea que ese mismo año nació su primer hijo y que otra niña llegó en 2012. Incluso se volvió a hablar de otra ampliación de la familia en 2015. Nada se sabe con seguridad. Significativamente, Alina Kabaeva desapareció del foco público en 2018, dicen que para ocultar otro embarazo, en esta ocasión de gemelos: dos niños. Ningún medio de comunicación se atreve a publicar nada sobre la pareja. De hecho, el tabloide que en 2008 habló de «la primera dama secreta de Rusia» tuvo que cerrar inmediatamente debido a «problemas económicos». Kabaeva, por su parte, se limitaba en aquellas fechas a declarar que estaba «muy enamorada», sin aclarar de quién. Se sabe que en 2018 leyó su tesis sobre el entrenamiento gimnástico a niñas de preescolar y que gana 8 millones de euros anuales como presidenta de un grupo mediático afín al Kremlin.

Luiza Krivonogikh es la última hija secreta que conocemos de Vladimir Putin. INSTAGRAM

Queda, sin embargo, otra posible hija secreta de Putin por confirmar. Una joven de 17 años llamada Luiza Krivonogikh. Nacida en 2003, su historia ha aparecido gracias a un documental impulsado por el opositor de Putin Alexei Navalny y la investigación del medio ruso Project. Su madre, una limpiadora de San Petersburgo de 47 años, pasó de vivir con extrema sencillez a poseer una flota de pisos de lujo, una participación en el accionariado de la banca Rossiya, un yate y una participación mayoritaria en el resort de esquí de Igora, favorito de Putin. En cuestión de una década, su fortuna ha pasado de cero a 100 millones de dólares. Putin, probablemente el hombre más rico del mundo, ha sido capaz de burlar el radar de toda la prensa internacional: el Presidente solo admite un sueldo de unos 150.00 euros al año. Sin embargo, los críticos afirman que posee 43 aviones, 7000 coches, 15 helicópteros y que el tamaño de última mansión dobla el de Buckingham Palace. Solo sus propiedades inmobiliarias superan el billón de libras.

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