Crear una cuenta
Iniciar sesión
Ver fotos
La situación de las artistas en los viejos museos europeos se comenta por sí misma: cada vez que uno de ellos hace un movimiento de apertura hacia alguna de estas 'creadoras de segunda', los titulares se amontonan a su puerta. Del total de 1.627 obras expuestas en el Museo del Prado, sólo trece están firmadas por mujeres: la renacentista italiana Sofonisba Anguissola, la flamenca Clara Peeters y la artista italiana barroca Artemisia Gentileschi. En 2019, la inclusión de El Cid (1879), el ya famoso león de Rosa Bonheur, suscitó ríos de tinta de alegría. Luego vinieron las miniaturistas Aurelia Navarro y Maria Roësset y Maria Blanchard, una artista frontera con el territorio Museo Reina Sofía. Pocas, muy pocas.
Este mes, el Museo Van Gogh de Ámsterdam hizo titulares similares por adquirir tres grabados y una litografía de la estadounidense Mary Cassatt, una de las tres grandes damas del impresionismo junto a Berthe Morisot y Marie Bracquemond. Cassat pintólo impensable: una mujer con sus anteojos en el palco de la ópera; una mujer sentada en un banco de un parque, sola; una madre y a su niña llevando un carro de caballos en el que el pasajero es un señor. Hablamos de una mujer que pasó de posar para Degas, a empuñar ella misma los pinceles.
Estas operaciones de compensación no se limitan, sin embargo, a otros siglos. El pasado diciembre, Isabel Oliver (75 años), pintora valenciana y catedrática de dibujo jubilada, colgó por primera vez una de sus obras pop en un gran museo español, el Reina Sofía. Se trata de 'Feliz reunión' (1946). No fue una idea original: en 2016, dos comisarias de la Tate Modern de Londres viajaron a su estudio e inmediatamente la incluyeron en una colectiva sobre arte pop internacional. «Me considero una artista ocultada, rechazada y menospreciada», ha confesado Oliver, además de comentar las cifras irrisorias que los museos han pretendido pagar por su obra.
Necesitamos celebrar, jalear si es necesario, estos mínimos gestos de inclusión. Aunque nos chirríen los dientes cuando escuchaos afirmaciones como «la hemos rescatado» en boca de directores como Manuel Borja-Villel, rector del Reina Sofía. Cómo considerar rescate a una reacción de última hora para corregir un error garrafal, síntoma de un sesgo congénito en el sistema del arte español. Cómo considerar un salvador a quien, año tras año, falta al más mínimo compromiso con la paridad en la compra de obra. No podemos caer en la trampa de una industria del rescate que ofrezca gestos.Lo que las artistas de mañana necesitan son unas estructuras saneadas donde la valoración del talento no privilegie a un solo género.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.