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Parece una broma. «House of Gucci», la película de Ridley Scott que resucita los fantasmas de la mítica familia italiana, ha soliviantado a casi todos los miembros vivos de esta y, sobre todo, a los protagonistas del filme que todavía viven. Sin embargo, desde la marca liderada por Alessandro Michele en Kering no caben en sí de gozo y han convertido el estreno global de la cinta en un verdadero show de moda a mayor gloria de Lady Gaga. Gaga interpreta a Patrizia Reggiani, la mujer que tramó el asesinato de Maurizio Gucci y que, probablemente, no es el mayor monstruo de una historia, directamente, paranormal.
Lo cierto es que los Gucci, los Gucci reales que ya no manejan los hilos de la marca, están que trinan porque el episodio más extravagantemente humillante que ha vivido la familia se va a convertir en un éxito global. 'House of Gucci' narra la entrada en la 'famiglia' de Patrizia Reggiani (Lady Gaga), una mujer joven, guapa y ambiciosa que apoya a Maurizio Gucci (interpretado por Adam Driver) a hacerse con el control de una firma muy disputada (al más puro estilo 'Succession') por un buen puñado de hijos y nietos del fundador, Guccio Gucci. La pareja se conoció en una fiesta, hábitat natural de ambos. «¿Quién es esa chica de rojo que se parece tanto a Elizabeth Taylor?», preguntó él. Ella no le hizo ascos a un heredero. «Prefiero llorar en un Rolls Royce que ser feliz en una bicicleta», dicen que dijo.
Patrizia y Mauricio se casaron en 1972 e inmediatamente conquistaron Nueva York, hasta el punto de alternar con John y Jackie Kennedy. La primera pareja que tuvo nombre propio no fue Bennifer, Brangelina ni Kimye, sino Mauizia: Maurizio y Patrizia. Al padre de él (Jeremy Irons) no le hacía ninguna gracia la vulgaridad y ambición de ella, y el libro en el que se basa el guión, escrito en 2001 por Sara Gay Forden, se desvela que Patrizia sí se enamoró de Maurizio, pero pensaba que era débil. De hecho, si consiguió el control de Gucci fue porque ella se convirtió en su consejera. Tuvieron dos hijas, Alessandra y Allegra, y fueron felices durante una década. En 1984 Maurizio comenzó a perder el control de la firma familiar y el interés por Patrizia. Y comenzó la guerra.
Fue un 'ghosting' en toda regla. Un día, Maurizio Gucci se fue de viaje de negocios y, al día siguiente, envió a un amigo para decirle a Patrizia que habían terminado. La ira de Patrizia no conoció límites. Durante años, no se cansó de decir a amigos y conocidos que estaba escribiendo las memorias que destruirían a la familia Gucci. Dijo que los 2,5 millones de euros que consiguió en su divorcio eran «un plato de lentejas». Y repitió hasta la saciedad que pensaba en matar a Maurizio. Quería matar a Maurizio. Iba a matar a Maurizio.
Hasta aquí, todo tiene el aspecto de una nueva 'Guerra de los Rose' en la que la parte despechada se sale de sus casillas e inicia una escalada de violencia. Patrizia Reggiani se niega a reconocer el divorcio, Sigue utilizando el apellido Gucci. Espía a su ex con su nueva novia, Paola Franchi. Les amenaza por teléfono. Graba cintas de cassette llamándole monstruo. Sin embargo, la situación de Maurizio Gucci y Patrizia Reggiani no se complica de verdad hasta la intervención de sus respectivas consejeras paranormales, que llevan la guerra a otro nivel. Al nivel de la magia negra. Reggiani tramó su plan para asesinar a Maurizio Gucci junto a su amiga y astróloga personal Pina Auriemma (interpretada en la película por Salma Hayek), quien además le hacía trabajitos de magia negra al heredero para menoscabar su salud desde el plano paranormal. Este, sabedor de las malas artes de ambas, contrató los servicios de otro brujo para 'protegerse'. Al pobre le habría venido mejor un ejército de guardaespaldas.
La ejecución del crimen no pudo ser más cutre. Pina Auriemma contrató a los sicarios más torpes y la policía descubrió enseguida que ellas estaban detrás de la persona que disparó a Maurizio en la puerta de su oficina, situado en uno de los barrios más elegantes de Milán. Patrizia fue condenada a 29 años de prisión, que quedaron reducidos a 26 y, más tarde, a 18. Consiguió el tercer grado en 2016 y, según contó el periódico 'The Guardian', lo primero que le dijo a su abogado fue: «Nunca he trabajado en mi vida y desde luego no voy a empezar ahora». No ha tenido que hacerlo, pues según el diario 'The Telegraph' cobra más de un millón de dólares al año de la herencia de los Gucci. Vive en Milán, donde suele salir de compras con su loro en el hombro. Cuando, poco después de su salida, le preguntaron por qué no había matado a Maurizio ella misma, contestó: «Mi vista no es del todo buena. No quería fallar el tiro». Sus hijas viven en Suiza y no se hablan con ella. Lady Gaga tampoco quiso hacerlo para preparar su papel.
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HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.