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EMPODERADA DE VERDAD

Bonnie Raitt, quién es la señora estupenda de 73 años que les ha quitado el Grammy a Beyonce, Adele y Taylor Swift (y de la que tienen mucho que aprender)

Bonnie Raitt lleva más de 50 años encima de un escenario. Y le acaba de quitar el Grammy a la Mejor Canción del Año a Adele y Beyoncé. Y con mucha razón. Te contamos su preciosa historia.

Jill Biden entregó el Grammy a Mejor Canción a Bonnie Raitt. getty

Muchos se quedaron con la boca abierta la noche del lunes 6 de febrero cuando la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, revelaba la ganadora a Mejor Canción del Año en los premios Grammy. Comenzando por Beyoncé, Harry Styles, Adele o Taylor Swift, tan acostumbrados a acumular trofeos, y siguiendo por la propia interesada. La ganadora era una mujer de 73 años, de nombre, Bonnie Raitt.

Su canción ganadora del Premio Grammy 2023, de título Just like that, no tenía nada que ver con las modas imperantes en la música ni con perreos varios. Era auténtico old school: guitarra acústica, voz y una historia que contar. La de una persona que donó los órganos de alguien que amaba para ayudar a otra a seguir con vida. «Escuché hablar sobre el hijo que perdiste / Cómo te fuiste sin dejar rastro / He pasado años tratando de encontrarte / Así que finalmente pude hacerte saber / Que fue el corazón de tu hijo el que me salvó / Y una vida que nos diste a los dos / Es así cómo tu vida puede cambiar», canta Raitt con su voz de siempre, tan emocional.

Inmediatamente las redes se llenaron de ignorancia: «¿Pero quién es esta mujer?». Hasta hoy, en el que todavía muchos medios se preguntan cómo «una desconocida» pudo osar a robar el premio a prima donnas del calibre de Beyoncé o Adele.

Lo único seguro es que Bonnie Raitt es la antítesis (personal y musical) de todas ellas. Una mujer de otro tiempo. Y no precisamente una desconocida. Ni siquiera en esto de los premios Grammy, pues atesora hasta 13 durante más de 50 años de carrera y 17 discos facturados hasta la fecha.

Bonnie Raitt grabó su primer álbum en 1971

Lo cierto es que Bonnie Raitt lo ha visto todo y de todos los colores. Con solo ocho años ya dominaba la guitarra y decidió abrirse camino en un mundo tradicionalmente dominado por hombres: el del blues y la música tradicional. Dio sus primeros pasos en Boston y en Minneapolis grabó en 1971 su primer álbum, titulado como ella, una delicioso disco que parecía de otra época, muy anterior a la suya.

Posteriormente se trasladó a California para formar parte de la mítica escena de Laurel Canyon junto a amigos como Jackson Browne, Mamas & Papas, Neil Young, David Crosby, Don Henley, Joni Mitchell y muchos más. Una comunidad altamente creativa en la que múltiples talentos se retroalimentaban.

Y el de Bonnie Raitt era uno de los más notables. Hasta el punto de que muchos la consideraban como la mejor guitarrista y vocalista blanca de blues y folk. No tardarían en llegar obras maestras como Give it up, Takin' my time o Sreetlights, discos que documentan una era dorada para la canción de autor y la instrospección.

Pero llegarían los malos tiempos. En 1983, Warner Bros Records decidió echarla al considerar que sus ventas no estaban a la altura de sus industriales expectativas y ella cayó en una peligrosa espiral de drogas y alcohol.

Decían que no había quien la tumbara bebiendo tequila. Fueron años oscuros, pero salió limpia e indemne de su paso por el infierno (dicen que en compañía del dios de la guitarra Stevie Ray Vaughan) y su reivindicación sería lo más sonora posible.

Bonnie Raitt, con su Grammy a la Mejor Canción del Año.

De la mano de Capitol Records, la única compañía que creyó en ella, publicó en 1989 en álbum Nick of time, que arrasó en las listas americanas, vendió cinco millones de discos y (¡hola, haters!) se llevó tres Grammys, incluyendo el de Mejor Disco del Año.

Con su siguiente álbum, Luck of the draw, se llevaría otros tres Grammys. Y en 2000 recibió el mayor honor que puede lograr un músico: entrar en el Rock and Roll Hall of Fame. Así que no: Bonnie Raitt no es precisamente una desconocida ni una recién llegada a esto de la música.

Bonnie Raitt, cantante y guitarrista excepcional

Poseedora de una voz excepcional, llena de sensibilidad, calidez y técnica natural, logró triunfar en un mundo tradicionalmente vetado para los hombres. Lo hizo desde el más puro talento y sencillez, como demuestra su consumada técnica de slide, una exigente forma de tocar la guitarra con un cuello de botella que se desliza por el mástil. También se habla de una mujer llena de personalidad, extraordinario carácter y siempre atenta a luchar por cualquier causa que considera justa.

Ya en 1979 fundó junto a colegas como Jackson Browne o Graham Nash la plataforma MUSE, que agrupa a músicos concienciados con el cambio climático y la defensa del medioambiente. También peleó (y con éxito) durante años por lograr que los viejos autores negros de música tradicional y blues vieran protegidas sus creaciones e ingresos con sus propios copyrights. Y muchas cosas más.

Así que quienes practicaron el Grammy de bufanda para hablar de escándalo tras el Grammy a Mejor Canción del Año, como poco deberían saber que quien ha ganado a las favoritas no es una recién llegada. Se trata ni más ni menos que una de las grandes damas de la música, una de esas personas que han contribuido durante décadas no solo a dignificar el concepto de canción, ya un logro superlativo en sí mismo, sino a ensalzar el papel de la mujer dentro de la música. Bonnie Raitt es una leyenda (ganadora) en vida.