EDITORIAL
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EDITORIAL
Una vez le preguntaron a Joan Didion cuál era la desventaja de dedicarse a la escritura siendo mujer. Ella argumentó que, mientras que las novelas de los hombres se valoraban desde una perspectiva universal, a las obras de ficción con firma femenina siempre se las acababa etiquetando como sensibles. «¿Y cuál es la ventaja?», volvieron a preguntarle. «Exactamente la misma», respondió la californiana. «Una cierta resistencia es buena, porque te mantiene despierta».
Me estreno como directora de Mujerhoy –la revista femenina con mayor difusión de España, que además cuenta con una web líder en el mercado– y, a la hora de enfrentarme a este reto tan ilusionante, me gusta pensar en las lectoras que están al otro lado como mujeres despiertas, que es lo mismo que decir mujeres a las que todo les interesa.
Y con todo me refiero a la política, los acontecimientos sociales o las citas culturales, pero también a la moda, la cosmética o la decoración, porque la belleza, en cualquiera de sus formas, nos hace los días más livianos y ya está bien de tener que disculparse por aspirar a ella.
Durante mucho tiempo soñé con entrevistar a Didion, una intelectual brillante que, por cierto, no ocultaba su afición por las sandalias rojas de diez centímetros y que incluso llegó a protagonizar una campaña para Céline. La autora falleció hace cuatro años sin que yo lograra siquiera cruzarme con ella, pero me consuela recordar que la aguerrida Oriana Fallaci tampoco consiguió entrevistar a Marilyn Monroe, a pesar de seguirle la pista con denuedo por las calles de Nueva York.
Al fantástico equipo que compone Mujerhoy no se le escaparán otros personajes capaces de inspirarnos a todas. Ese es, al final, el objetivo más importante que rige nuestro trabajo: apelar a las mujeres para que venzan cualquier tipo de resistencia, animarlas a mantenerse despiertas.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.