Elizaveta Peskova acumula tantos seguidores en Instagram como polémicas. Nada relevante si esta joven de 24 años fuera una influencer más (tiene más de 240.000 followers) y no la hija de Dmitri Peskov, secretario de prensa del Kremlin y mano derecha de Vladimir Putin. Pero entre sus fotos con posados sexys, mucha ostentación del lujo y viajes exóticos, las alarmas en el gobierno de Moscú han saltado cuando @lisa_peskova (su nombre de instagrammer) compartía, en plena ofensiva contra Ucrania, una historia en su cuenta en la que se leía (en ruso) No a la guerra sobre un fondo negro.
Aunque nació en Moscú (9 de enero de 1998) Lisa Peskova vive desde hace años entre la capital rusa y París. Hija del actual portavoz y hombre de confianza de Putin Dmitry Peskov y Ekaterina Solotsinskaya, también diplomática, tiene otros tres hermanos varones, y cuando sus padres se divorciaron, se mudó a Francia con su madre, donde se formó en el exclusivo École des Roches y, después, estudió derecho y relaciones internacionales. Además de ruso, Elizaveta habla otros cinco idiomas: inglés, francés, turco, árabe y chino.
Precisamente su lujosa vida en París ha sido a menudo objeto de las críticas hacia la influencer: la última, de la periodista Daria Kaleniuk, la misma que hace solo unos días sacaba los colores a Boris Johnson y al resto de los líderes de Occidente.
En 2019, con solo 21 años y después de una una reunión de blogueros en la Duma Estatal de Rusia, Lisa Peskova entró a trabajar como pasante en el Parlamento Europeo, en plena escalada de la tensión entre Rusia y la UE, algo que desató no pocas críticas y mucho escepticismo entre los europarlamentarios, que la veían como una infiltrada del Kremlin. El organismo comunitario tuvo que salir al paso y aclarar que su contrato había seguido todos los procedimientos y que los funcionarios de su nivel no tenían acceso a información sensible.
Más allá de sus posados sexys y su ostentosa vida de lujo, Lisa Peskov llama la atención por sus polémicas declaraciones. Después de visitar unos astilleros con un grupo de jóvenes afines al Kremlin, la hija del portavoz de Putin se mostró asombrada ante los medios al declarar que «no sabía que alguien construía los barcos».
Poco después, sacó los colores al propio presidente ruso y su política homófoba al asegurar en la televisión rusa que «no estoy en contra del matrimonio entre parejas del mismo sexo. No sabemos las circunstancias de cada uno, yo simplemente apoyo las decisiones de cada uno«. Eso sí, parece que no estaba muy convencida de sus propias palabras, porque también ha asegurado en sus redes sociales que le »incomoda« ver a parejas lesbianas besándose y que los homosexuales no deberían poder adoptar hijos.
Ahora, Lisa Peskova ha vuelto a revolucionar las redes sociales con su 'no a la guerra', un grito que en su persona tiene un trasfondo mucho más hondo pero que, como su posición ante el colectivo LGTBIQ+, tampoco ha sostenido en el tiempo: antes de que pasaran las 24 horas de rigor que duran los 'stories' de Instagram, el mensaje desapareció.
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