Si no puedes viajar a la Tate de Londres a ver la expo de Paula Rego, corre al Guggenheim Bilbao: Alice Neel te maravillará

Sobran las razones para acudir, sea la fecha que sea, a Londres. Este otoño, la gran capital del Brexit está absolutamente entregada al arte gracias a dos exposiciones regias en la Tate Modern. De hecho, no hay entradas hasta octubre para ver 'Yayoi Kusama: Infinity Mirror Rooms', la instalación de la artista japonesa con sus legendarios espejos infinitos, que se expone junto a 'Chandelier of Grief', una habitación en la que se recrea la ilusión de un candelabro sin límites. La otra gran muestra no es metafísica, sino intensamente política: la protagoniza la artista portuguesa Paula Rego.

Paula Rego (Lisboa, 1935) vive en Londres desde los 17 años, cuando escapó de la dictadura de Salazar junto a su familia. La atmósfera siniestra del régimen fascista portugués está muy presente en sus pinturas, aunque fue la serie «Mujer perro» la que revolucionó la representación de la mujer en los 90. Gran parte de su obra gira en torno a la emancipación de la violencia y la justicia social. Eso es algo que tiene en común con Alice Neel, cuya exposición nos queda mucho más cerca: en el Guggenheim de Bilbao. 'Alice Neel: las personas primero'es la primera retrospectiva en España dedicada a la artista estadounidense.

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La muestra del Guggenheim sitúa a Alice Neel (1900–1984) entre los pintores más radicales del siglo, defensora de la justicia social cuyo compromiso constante con los principios humanistas inspiraron su vida y su obra. La exposición muestra imágenes de activistas manifestándose contra el fascismo y el racismo junto a pinturas de víctimas empobrecidas por la Gran Depresión, retratos de los convecinos de Neel en el barrio neoyorquino de Spanish Harlem, líderes de diferentes organizaciones políticas, intérpretes y artistas 'queer', o miembros de la diáspora global de Nueva York.

Kelly Baum y Randall Griffey, expertos en Arte Moderno y Contemporáneo del Met de Nueva York y comisarios de la muestra, explican que ya al final de su carrera Neel se autodefinía asi: «¿Saben ustedes lo que de verdad soy? Soy una humanista anárquica». Según Baum, a lo largo de su trayectoria profesional «Neel siempre eligió temas que pocos artistas, y menos si eran mujeres, se habían atrevido a representar anteriormente. Y lo hizo con una franqueza y una irreverencia igualmente excepcionales en la historia del arte».