Herencia envenenada Por qué acusaban a María Kodama de ser la Yoko Ono de la Literatura: así comenzó la cruzada contra la esposa (y heredera universal) de Jorge Luis Borges

El nombre de la escritora, traductora y profesora de literatura argentina María Kodama, que ha fallecido el 26 de marzo a los 86 años, está tan ligado a Jorge Luis Borges como el de Yoko Ono a John Lennon. Ambas han desarrollado una carrera profesional destacada a la vez que han trabajado para difundir el legado de dos grandes genios de la literatura y la música, respectivamente. Y las dos han suscitado recelos y animosidad entre admiradores y compañeros de Borges y Lennon. En España, la relación entre Marina Castaño y el Nobel Camilo José Cela también suscitó una suspicacia parecida.

El origen de los recelos de la familia de Borges hacia María Kodama tuvo como punto de inflexión su nombramiento, por parte del escritor, como heredera universal de su legado literario en 1979 tras décadas como su secretaria y confidente. Su matrimonio por poderes en 1986, dos meses antes de la muerte del autor por un cáncer de hígado en Ginebra, y su decisión de que sus restos permanecieran en la ciudad suiza en lugar no sentó bien a su familia.

El escritor argentino había pasado parte de su juventud en Ginebra y adoraba la ciudad, por lo que la decisión fue la última voluntad de Borges, que no quería que su enfermedad fuera portada de los medios de su patria. Aún así, su hermana Norah expresó públicamente su extrañeza porque no hubiera sido enterrado en el panteón que la familia Borges posee en el cementerio de La Recoleta de Buenos Aires desde el siglo XIX, donde reposan los restos de su madre. Y la familia, a través de Miguel de Torre, uno de los sobrinos del escritor, ha realizado infructuosamente varios intentos de repatriar los restos. Aparte de esto, mantiene silencio su opinión sobre la viuda de Borges.

Aunque María Kodama y Borges no se casaron hasta 1986, su relación se remonta a 1953. Se conocieron en una librería bonaerense cuando ella tenía 16 años (Borges era 37 años mayor). Ella se acercó y le explicó que quería estudiar Literatura y que de pequeña había tenido que memorizar Two English Poems en clase de inglés. Entonces él le propuso, a pesar de saber que aún estaba en Secundaria, que estudiaran juntos inglés antiguo. A partir de ese encuentro, «la vida fue tejiendo una historia maravillosa», relató años después Kodama en varias entrevistas.

Aunque cuándo su relación pasó de admiradora-maestro o de escritor-secretaria a algo más no se sabe. Borges estuvo casado durante 1967 y 1970 con Elsa Astete a instancias de su madre. La relación fue fría y distante, según confesó la propia Astete.

Borges propuso matrimonio a Kodama muchas veces desde 1975, cuando falleció su madre y ella se convirtió en su mayor apoyo. El motivo por el que no formalizaron su relación hasta el año de su muerte, confesó María Kodama, tenía sus raíces en sus propios padres. Kodama era hija de un químico japonés, Yosaburo Kodama, que emigró a Argentina en los años 30 y conoció allí a la pianista María Antonia Schweitzer. El matrimonio se rompió cuando María Kodama tenía solo tres años, dejando en ella la convicción de que «el casamiento es el divorcio». Nunca quiso casarse y tener hijos. Para ella, era una esclavitud y quería ser libre.

Su decisión de unir su vida sin ataduras al genio literario de Borges la puso, en cambio, ante la esclavitud del escrutinio público. Dicen sus allegados que siempre lo llevó con elegancia y trabajó incansablemente por defender el legado del escritor, de quien fue sus ojos cuando su salud visual empeoró.

Aunque hay veces que no pudo sino levantar la voz. Como cuando se publicaron en 2006 con el título de Borges, los diarios de su amistad con Adolfo Bioy Casares, que se remonta a su juventud, cuando ambos escritores eran dos bon vivants que querían viajar por el mundo y ser tenistas profesionales. La viuda de Borges acusó entonces a Bioy Casares (también fallecido) de ser un traidor y un cobarde, al escribir sobre su amigo fallecido, sabiendo que iba a «quemarlo con media humanidad».

También batalló legalmente contra versiones posteriores de las obras de Borges y contra el exsecretario Roberto Alifano, que vendió supuestos textos inéditos de Borges. Y acusó de injurias y calumnias al periodista Juan Gasparini, autor del libro Borges: la posesión póstuma. En el texto, el periodista incluyó la supuesta sustitución en 1985 de un testamento de Borges de 1979 en detrimento de Epifançia Uveda, la mujer que asistió durante décadas al escritor, y que habría heredado el 50% del patrimonio.

Excepto momentos como estos, María Kodama ha sido muy discreta y no ha querido exponerse públicamente a no ser que su trabajo en defensa del legado de Borges lo hiciera necesario. No ha querido una despedida pública tras su muerte, que comunicó su abogado y amigo Fernando Soto con estas palabras: «Ahora entrarás al gran mar con tu querido Borges».