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Las reflexiones de John Banville sobre su nueva novela, 'Las singularidades': «El presente no existe, por eso vivimos en el pasado»

El autor irlandés nos recibe en Dublín para reflexionar sobre 'Las singularidades', su novela más ambiciosa, repleta de citas de otros autores y referencias al resto de su obra, de la que es el crítico más duro.

De perfil, el escritor John Banville, retratado en Dublín. Jorge Monedero
actualidad libros: Las reflexiones de John Banville sobre su nueva novela, 'Las singularidades'
eduardo bravo

«Sé que nunca podré volver a escribir un libro así. Es como todos mis libros unido en uno solo», afirma John Banville (Wexford, 1945) sobre 'Las singularidades', su última novela publicada en España por Alfaguara y que, entre otras particularidades, recupera escenarios, lugares y personajes aparecidos previamente en algunos de sus trabajos anteriores.

«Aunque es una novela totalmente independiente, que se puede leer sin necesidad de conocer mi obra anterior, si has leído otros de mis libros creo que te reencontrarás con los personajes como el que se reencuentra con unos antiguos amigos», explica el escritor irlandés, que también ha tenido que recorrer esos escenarios ya conocidos y enfrentarse con unos personajes cuya personalidad, definida en esas otras novelas, deja poco espacio a la improvisación.

«No sé hasta qué punto retomar esos elementos es una limitación a la hora de escribir o una facilidad. Es una interesante cuestión que no me había planteado. Lo que sí tengo claro es que, aunque nunca lo planeé conscientemente, con este libro quise repasar toda mi obra anterior. ¿He aprendido algo al hacerlo? Pienso que he experimentado eso que ponen siempre los profesores a los buenos alumnos: «Podía haberlo hecho mejor». Creo que una de las razones de escribir tantos libros es la idea de que el siguiente me va a exonerar de todos los que he escrito, que ese nuevo va a justificar todos los errores que he cometido en los anteriores», reflexiona Banville, que recuerda la definición de novela que hizo un crítico estadounidense: «Decía que era «un trabajo extenso de ficción con algo errado en su interior», y creo que tenía razón. Un amigo poeta me decía que él podía publicar un libro de poemas en el que hubiera varios malos y el libro no se resentiría. Sin embargo, si un novelista tiene un capítulo malo en una novela... Por eso los poetas son más felices que los novelistas».

Desde que en 1976 recibiera el premio James Tait Black Memorial por su libro 'Copérnico', Banville no ha parado de recibir reconocimientos por su obra. Entre ellos, un Booker por 'El mar' o los premios Franz Kafka y Príncipe de Asturias a toda su trayectoria, a los que se suma la fidelidad de miles de lectores alrededor del mundo. Una situación que hace pensar que el escritor es duro al analizar su obra.

«Nunca se es demasiado severo con uno mismo–reconoce–. Escribir es estar en un estado de insatisfacción permanente. Por eso me sorprenden mucho esos autores que leen su propia obra. No entiendo que a alguien le pueda gustar lo que él mismo ha escrito. De hecho, ésa es una de las razones por las que agradezco que ya no sea habitual leer en público fragmentos de los libros en las presentaciones. Escribes un libro, pasan meses desde que lo acabas hasta que lo publicas y, cuando ya casi lo has olvidado, te obligan a leerlo delante de un montón de gente. Es una experiencia horrible. Es como una venganza por el mero hecho de ser escritor. Por eso me alegro de que ahora todo se limite a hacer entrevistas y ya está», comenta el escritor.

Ganador del Príncipe de Asturias en 2014, con Las singularidades Banville hace balance de su obra y se despide de la novela, aunque ya trabaja en otros dos libros. Foto: Jorge Monedero.
Imagen - Ganador del Príncipe de Asturias en 2014, con Las singularidades Banville hace balance de su obra y se despide de la novela, aunque ya trabaja en otros dos libros. Foto: Jorge Monedero.

Quizá por la misma razón, tampoco se preocupa demasiado de las críticas. «No las leo. Tampoco estoy en Twitter o en otras redes sociales. No tengo nada contra ellas, pero recomiendo a los escritores que se quejan de las malas críticas que, directamente, no las lean. El día de la publicación de un libro es lo más parecido a estar en un globo aerostático: flotando en el aire y alejándote de todo. Sin embargo, nunca falta un buen amigo que te llama para contarte cuáles son las malas críticas: «John, ¿has leído esta reseña? Es horrorosa, deberías denunciarlos. Déjame que te la lea». No, de verdad, no quiero saberlo», recrea entre risas.

De qué trata y qué tipo de novela es 'Las singularidades', de John Banville

El nuevo trabajo del autor irlandés es una novela que resulta muy difícil de clasificar. Su editorial la define como una obra coral, campestre, científica, humana y, si bien es todas esas cosas, también es una peculiar novela negra que no sigue ninguno de los códigos de ese género literario y que está protagonizada por unos personajes cuyo pasado les obliga a fingir lo que no son.

«Siempre he tenido la ambición de escribir una novela negra, que en inglés se llaman crime novel, pero sin el crimen. Las singularidades es una novela negra en la que el delito no solo no se llega a producir, sino que tampoco se producirá en el futuro, porque retomar esa historia en otro libro resultaría muy vulgar. Por otra parte y como sucede en la vida misma, el pasado de los personajes y su intento de aparentar lo que no son está muy presente, pero eso no es algo que haya inventado yo: todas las novelas tratan sobre el pasado. No es posible escribir sobre el presente porque el presente no existe; tampoco se puede escribir sobre el futuro, porque es algo improbable. Por eso, me atrevería a decir que vivimos en el pasado. Es ahí donde realmente tenemos nuestras vidas. Durante años pensé que, cuando envejeciera, el pasado sería más importante para mí de lo que es para las personas más jóvenes. Sin embargo, me di cuenta de que incluso los niños también hablan de experiencias que han tenido en el pasado cuando, por ejemplo, preguntan: «¿Te acuerdas de cuando fuimos a tal sitio?». En ese sentido, creo que vivimos en una especie de regresión infinita».

La persistencia del pasado se prueba en 'Las singularidades' con las abundantes citas de otros autores que Banville ha leído a lo largo de su vida, y que intercala entre sus propios textos, generando así una especial musicalidad en el lenguaje, que es posible percibir también en la traducción al castellano.

El escritor irlandés John Banville. Foto: Jorge Monedero.
Imagen - El escritor irlandés John Banville. Foto: Jorge Monedero.

«Sería bonito para los lectores que identificaran todas las referencias que aparecen en mis libros e hicieran una especie de rompecabezas con ellas, pero en ningún momento he pretendido que se conozcan en su totalidad. En realidad, mi intención cuando pongo una cita es, sencillamente, no aburrirme mientras escribo y que, aunque el lector no la identifique, perciba algo extraño, algo semejante a cuando tocas una tela de araña y eso provoca que todo tiemble un poco. Por otra parte, es importante señalar que, para los escritores irlandeses, el inglés es nuestro idioma nativo, pero no nuestra lengua materna. Los ritmos de la lengua inglesa son completamente diferentes a los del irlandés. Mientras que el inglés es como el latín, muy enunciativo, el irlandés tiende a eludir las cosas y no decirlas abiertamente. Por ejemplo, en irlandés no existe la palabra «no», sino una expresión que significa «no es así». A los escritores irlandeses nos encanta la ambigüedad, mientras que a los ingleses esa indeterminación les vuelve locos».

Los dos John Banville

Antes de dedicarse por completo a la literatura, Banville compaginó durante más de tres décadas su trabajo de escritor con el de corrector de textos en un periódico. «Era dos personas a la vez. Escribía durante el día, cenaba con mi esposa temprano y me iba a la oficina, al cierre de la edición. Allí me convertía en otra persona diferente, en esa gente que, como decía uno de los periodistas con los que trabajaba, «se dedican a cambiar las palabras de los otros durante la noche y luego regresan tranquilamente a sus casas». Durante muchos años, yo fui esas dos personas. Por eso me fascinan los actores, porque viven de hacer lo mismo que nosotros, que no es otra cosa que actuar, pero cobrando», ironiza el autor.

En la actualidad, su obra literaria supera ya los 30 títulos y el escritor está trabajando ya en dos títulos más. «Son libros cortos, porque no volveré a escribir ninguno más como éste, requiere mucha energía. Antes escribía ocho o más horas cada día, pero ahora no puedo hacerlo durante más de cuatro. En alguna ocasión, he llegado a decirle a mi esposa: «Creo que voy a dejar la literatura», pero ella me respondió: «¿Entonces, qué vas a hacer? Te irás de fiesta con tus amigos y terminarás destruyendo el mundo». Así que creo que es mejor que siga escribiendo», bromea el escritor. «Son muy pocos los jugadores que dejan la mesa cuando están ganando. Es justamente todo lo contrario. Cuando ganan es cuando más pasión les entra. Luego, eso sí, se quedan sin dinero y es cuando se pegan el tiro».

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Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.