Millonaria rebelde
Crear una cuenta
Iniciar sesiónMillonaria rebelde
En sus memorias Sam Walton, fundador del imperio Walmart, describía así a su hija Alice: «La más parecida a mí, una rebelde, pero aún más volátil que yo». Pero pese al carácter explosivo que le atribuía, la heredera ha conseguido mantenerse siempre fuera del rádar. Enigmática y alérgica a los focos, como buena multimillonaria Walton apenas se deja ver, no concede entrevistas ni, por supuesto, protagoniza portadas. Es el mismo protocolo de acción que siguen las mujeres más ricas del mundo como Françoise Bettencourt Meyers, Julia Koch, la tercera o, incluso, la española Hortensia Herrero. A sus 73 años y con un patrimonio estimado en 62.700 millones de dólares Alice Walton es la mujer más rica de Estados Unidos y la segunda del mundo.
Creció siendo la niña pequeña de la casa, con tres hermanos que la adoraban. Pero mientras ellos siempre han formado parte del negocio familiar, ella, que pasó por el departamento de ropa infantil de Walmart pero descubrió que el comercio textil no le interesa en absoluto, quiso forjarse su propia carrera. Y ganar su propio dinero. Después de estudiar Económicas en la Trinity University de San Antonio, trabajó como analista financiera, después como bróker y terminó siendo la vicepresidenta de Arvest bank Group antes de fundar Llama Company, su propia firma de inversión, de la que fue presidenta y CEO.
Walton, que sigue desligada de la gestión del imperio que todavía dirigen sus hermanos Rob y Jim pero recibe puntualmente los dividendos derivados del 50 por ciento de las acciones que la familia ha conseguido retener, se centró después en el coleccionismo de arte.
Cuenta su leyenda que cuando la familia se iba de camping ella y su madre pintaban acuarelas y que, con solo diez años, compró su primera obra de arte. Invirtió 25 céntimos en una reproducción del Desnudo azul de Picasso que vendían, cómo no, en Walmart. En los 70, se inició en el coleccionismo adquiriendo acuarelas de artistas norteamericanos y en los 90, se profesionalizó. Ahora, su colección tiene un valor estimado de 500 millones de dólares y obras de artistas como Andy Warhol, Edward Hopper, Norman Rockwell, Mark Rothko o la artista Georgia O'Keeffe, cuyo cuadro «Jimson Weed / Flor blanca Nº 1» se convirtió en 2014 en la obra pintada por una mujer más cara de la historia después de que Walton desembolsara 44 millones de dólares por ella.
En 2011, Walton logró poner en valor su colección dándole un hogar a su altura con la inauguración en Bentonville, Arkansas, del Crystal Bridges Museum que además de exhibir sus obras más importantes y de albergar una biblioteca con más de 50.000 volúmenes esconde una joya en sus terrenos: la famosa Bachman-Wilson House, obra del legendario Frank Lloyd Wright, fue adquirida, desmontada e instalada allí por orden de Walton.
Su otra pasión son los caballos. Famosa por su intuición para determinar si un potrillo de apenas dos meses podía tener madera de campeón, durante años crió caballos de carreras en su rancho tejano de Walton's Rocking W Ranch. Después de deshacerse de él, en 2020 Walton volvió a instalarse en Bentonville, Arkansas, sede del imperio Walmart.
Más allá del arte y los caballos, Walton está volcada en la filantropía, algo que sus padres siempre les inculcaron a ella y a sus hermanos. La Walton Family Foundation, en la que Alice es la más activa de los hermanos, financia proyectos educativos, medioambientales y de desarrollo económico. En 2017, además, la heredera puso en marcha una fundación paralela con su nombre, la Alice Walton Foundation, para apoyar el acceso al arte y la educación, pero también proyectos relacionados con la salud.
De hecho, en 2019 la heredera estableció el Whole Health Institute, un instituto dedicado a construir y expandir el acceso a la medicina holística que en 2021 dio lugar a la inauguración de una escuela de medicina con su nombre en Bentonville. Sin embargo, sus esfuerzos filantrópicos no han conseguido que la heredera y sus hermanos esquiven las críticas de los trabajadores de Walmart, que desde hace años vienen exigiendo mejoras de sus situaciones salariales.
Tradicionalmente ligados a la agenda y los valores del partido republicano, los Walton siempre han sido uno de los principales donantes del partido conservador. Con una llamativa excepción. En 2016, la heredera donó 350.000 dólares a la campaña presidencial de Hillary Clinton que se enfrentó en las urnas con Donald Trump. La relación de Clinton con Alice Walton venía de lejos. Se conocieron en los años 80 cuando Clinton fue primera dama de Arkansas. Más tarde, Hillary formó parte del consejo de administración de Walmart.
Su vida privada, eso sí, es un enigma del que apenas se conocen un par de episodios que, sin embargo, dejan entrever una personalidad compleja, quizá la rebelde volátil de la que hablaba su padre en sus memorias. Por un lado, un expediente de tráfico conflictivo. Protagonista de varios accidentes de tráfico (en algunos de los cuales conducía bajo los efectos del alcohol) en 1989 se vio implicada en el atropello de una mujer de 59 años que falleció poco después.
Walton ha estado casada en dos ocasiones. En los 70, cuando tenía 24 años, pasó por el altar con un banquero de Louisiana del que terminó divorciándose un par de años más tarde. El segundo, según la edición norteamericana de la revista Forbes, fue el contratista que construyó su piscina. Aquello también duró poco.
Sin hijos, esas son las dos únicas relaciones de su currículum amoroso. Tampoco se le conocen extravagancias de multimillonaria. Más allá de su empeño por ser un misterio mientras es, a la vez, la segunda mujer más rica del mundo.
TE RECOMENDAMOS
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.