La tragedia de Françoise Hardy, el icono que quiere morir: por qué pide en Francia una muerte digna la estrella de los años 60

Bruno Mulero Actualizado · 22 de diciembre de 2023, 13:31 h

La cantante Françoise Hardy es uno de los icónos más importantes de la cultura francesa. Fue la primera estrella pop del país, consiguió traspasar las fronteras y llegó a ser conocida en todo el mundo.

A sus casi 80 años, está retirada de la imagen pública desde que sufrió un cáncer de faringe. Por ello, en una carta publicada por el diario Paris Match, afirmó que vive una «pesadilla» y pide al presidente francés Emmanuel Macrón que quiere morir «pronto y de forma rápida».

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La cantante se dirige al presidente francés exponiendo la situación que vivío con su madre, Madeleine Hardy. Su progenitora padeció la enfermedad de Charcot, que provoca que los músculos sean cada vez más pequeños y más débiles. «Tuvo la suerte de encontrar un médico que le aplicó la eutanasia con mi ayuda cuando ya no podía ir más lejos», explicó.

Una situación que la misma Françoise quiere afrontar y por eso expresa que «hay una gran mayoría de gente que quiere la legalización de la eutanasia. Tenga empatía». Además, pide al Presidente que permita «a los franceses que están muy enfermos y que ya no tienen esperanza parar su sufrimiento cuando saben que ya no hay ningún alivio posible».

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En 2021, fue la primera vez que Hardy se pronuncio sobre la eutanasia. Anunció que se retiraba completamente de la música porque los efectos secundarios de la radio e inmunoterapia eran «un infierno». El tratamiento le produjo quedarse sorda de un oído derivado de otitis serosa agravada por los rayos. A partir de ese momento, comenzó su lucha por esta causa a través de su testimonio que utiliza para alzar la voz públicamente.

La artista se consagró como una de las figuras más relevantes de la cultura francesa del S. XX. Eso le llevó a ser musa de Chanel, Yves Saint Laurent o André Courrèges. «La gente gritaba y gritaba. Fue un escándalo», relató el diseñador francés YSL cuando la cantante llevó uno de sus diseños a la gran Ópera de París.

En 1981, Françoise se casó con Jacques Dutronc, también cantante y productor cinematográfico, a través del fotógrafo Jean-Marie Périer. De este romance, nació su hijo Thomas Dutronc, quien siguió la estela de sus padres como artista especializado en música jazz francesa.

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Tras siete años de matrimonio, Françoise y Jacques se separaron de mutuo acuerdo sin romper su matrimonio. Las causas fueron las diferentes infidelidades entre ambos y el problema con el alcohol que afrontaba él. Además, la madre de Hardy odiaba a su nuero por haber alejado a la cantante del entorno familiar. «Ella me quería para ella sola porque ella pensaba que él era el peor padre y el peor marido que jamás haya existido», explicó en 2014.

Pese a la distancia entre Hardy y Dutronc siguió existiendo una buena relación. «Durante varios años, nos escribimos todos los días y me hizo algunas declaraciones muy conmovedoras. Es una pena que no haya sido un poco más demostrativo durante los veinte años, más difíciles para mí que para él, que vivimos juntos», reveló en una confesión que demostraría una vez más lo unida que está al que fue el amor de su vida.

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