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Seguro que Lucía Rivera ha aprendido de su madre, Blanca Romero, la importancia de darle más profuncidad a la mirada con un ahumado negro en el párpado móvil: realza la belleza racial de ambas. En los labios se deja notar la diferencia de edad: Lucía no se puede resistir a un intenso rojo a lo Kylie Jenner mientras que Blanca se queda en un discreto rosa.
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No pueden negar que son madre e hija: se maquillan exactamente gigual. En esta foto, hasta parece que han compartido los mismos productos de belleza: lápiz y máscara negra para los ojos, un ligero toque de colorete y labios en un tono natural, con algo mas de brillo para Blanca.
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Además de cultivar estilos "beauty" muy parecidos (salvando las distancias generacionales), resulta curioso cómo se parece el estilo de ambas a la hora de posar. No cabe duda de que Blanca Romero ha sido la inspiración de su hija en innumerables posados.
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Lucía Rivera no puede negar que lleva en el ADN los genes de una modelo: ha heredado la silueta elegante y proporcionada de su madre y una piel de lujo.
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A ambas les favorece muchísimo el mismo maquillaje: el que refuerza la profundidad de su mirada con un ahumado oscuro, con una sombra más clara debajo de las cejas para subrayar todo su potencial.
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Es uno de los rasgos que más unen la belleza de madre e hija y ambas coinciden en potenciarlo al máximo: unas cejas oscuras, largas y tupidas, cuidadosamente peinadas y fijadas, como manda la tendencia.
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