Qué es el blush blinding y por qué puede arruinar tu maquillaje

En los últimos años nos hemos vuelto un poco obsesionadas con el colorete. Podríamos decir que se ha convertido en uno de los productos de maquillaje más utilizados e incluso mejor valorados. No hay quien no lleve en su neceser hoy en día un colorete.

El colorete te cambia por completo el rostro y puedes pasar de tener una cara cansada y apagada a una piel iluminada. Es lo que todo el mundo denominada como «efecto buena cara»y, en cierto modo, una de las formas de conseguirlo es gracias al colorete. Sin embargo, hay que tener cuidado con su aplicación.

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Hablamos del término blush blinding se refiere a una aplicación excesiva o poco sutil del rubor en el rostro, lo que puede hacer que se vea demasiado cargado, artificial y hasta desproporcionado. Un error muy típico hoy en día cuando utilizamos demasiado el colorete.

¿Por qué ocurre este blush blinding en las mejillas a la hora de aplicar el colorete? Puede ocurrir por varias razones. Una de ellas es el uso excesivo del colorete. Es decir, el maquillaje del rubor se vuelve tan dominante que distrae de otras áreas y detalles del rostro.

Otro error viene derivado de una falta de difuminado.Una aplicación demasiado intensa, sin una buena técnica de difuminado, puede marcar líneas abruptas y crear zonas de color muy concentrado, lo que afecta la armonía general del maquillaje.

Y por otro lado, la búsqueda de un efecto «quemado» en el rostro que no terminar de favorecer. A veces, en busca de un look «glow» o muy marcado, se tiende a cargar las mejillas de rubor, pensando que mientras más, mejor. Sin embargo, esta tendencia puede terminar «robando» la atención a otros elementos importantes como la base, iluminador o contorno.

Existen muchas formas de evitar recargar las mejillas con colorete. Primero, empezando por usar menos producto. Es muy sencillo. Es preferible empezar con una pequeña cantidad de producto e ir construyendo el color gradualmente, permitiendo evaluar el efecto en cada aplicación.

Lo segundo, difuminar bien. A veces si el producto pigmenta bastante es más complicado de difuminar y se quedan parches o mucho colorete concentrado en una zona de las mejillas. Para ello, utiliza brochas de calidad y técnicas de difuminado para evitar que el color se acumule en exceso en un área. Difuminar bien ayuda a que el rubor se integre de forma natural con el resto del rostro.

Por otro lado, un consejo que suelen dar los maquilladores es el de acertar con el tono del colorete. Asegúrate de que el tono de rubor se adapte a tu tono de piel y al resto de los productos que estás usando. Colores que son muy intensos o muy alejados de tu tono natural pueden contribuir al efecto de blush blinding.

Y por supuesto, antes de salir de casa, fíjate bien que el colorete está bien aplicado. A veces la luz del baño también puede jugar en nuestra contra. Intenta siempre mirar el resultado final con luz natural para que veas cómo quedan realmente las mejillas.

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