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Si hay un producto que nunca falla en mi rutina de maquillaje es el colorete. Personalmente, me gusta conseguir un aspecto natural y de buena cara, y el blush consigue aportar ese aspecto saludable y despierto al rostro que busco en mis looks del día a día.
Pero también tiene muchos otros beneficios. Por ejemplo, define el rostro, al aplicarlo correctamente, ayuda a esculpir y realzar los pómulos, afinando el rostro. También equilibra el maquillaje, compensando el uso de la base y el corrector, y eligiendo los tonos adecuados podemos conseguir rejuvenecer y suavizar los rasgos.
Si bien últimamente los coloretes en crema han ganado popularidad, yo sigo siendo una fiel defensora del formato en polvo. ¿El motivo? Tienen mayor duración, me permite controlar mejor la cantidad que aplico, es perfecto para reducir los brillos y se difumina mucho mejor.
Si buscas un acabado duradero y controlado, estos son los mejores coloretes en polvo para añadir a tu neceser esta temporada.
Empezamos por mi último descubrimiento, el colorete Blush is Life de Kosas, en polvo suave y sedoso enriquecido con ingredientes activos que potencian la piel en dúos de colores que aportan un toque de vida instantáneo a su rostro. Su cobertura ajustable y su fijación duradera ofrecen un resultado perfecto (En Sephora por 33,00 €).
Un clásico que he heredado de mi madre, el Blush Subtil de Lâncome. Este colorete en polvo sensorial y ultrafino viene con una brocha para difuminar y mezclar, logrando una tez fresca y de aspecto natural. Perfecto para resaltar los pómulos, aplícalo en la parte superior de los pómulos, hacia el hueso de la ceja (En Sephora por 51,00 €).
Ideal para iluminar el rostro, el Soft Pinch Luminous Powder Blush de Rare Beauty. Con su textura ultrasuave y ligera, este colorete en polvo viste las mejillas con una luminosidad perfectamente natural, como si estuviera iluminado desde el interior. Su base altamente pigmentada está enriquecida con partículas nacaradas brillantes, para una dimensión natural, un acabado ajustable, fácil de aplicar y difuminar, y un resultado más suave (En Sephora por 30,00 €).
Otro de mis favoritos, el Make Me Blush Bold Blurring de Yves Saint Laurent, con una fórmula innovadora que difumina ópticamente las imperfecciones y minimiza los poros, dejando un acabado mate o satinado de aspecto uniforme y natural. Gracias a su tecnología de pigmentos recubiertos y su fórmula enriquecida con escualeno y escaramujo de los jardines de Ourika, este blush cuida la piel al mismo tiempo que aporta un rubor favorecedor, cómodo y duradero. Resistente al agua y al sudor, mantiene su intensidad hasta 24 horas sin cuartearse ni resecar (En Druni por 30,25 €).
Por último, el Cheeck to chic de Charlotte Tilbury, un dúo de coloretes en polvo, cremosos y pigmentados, diseñado para iluminar y realzar el tono de la piel. Mi tono de confianza es el Pillow Talk Intense, un rosa cálido que se adapta a la perfección a los tonos de piel más oscuros para lograr un brillo etéreo y un cutis radiante (En Sephora por 47,00 €).