Ya no puedo vivir sin estos coloretes porque se difuminan muy bien

Si hay un producto de maquillaje que se ha convertido en mi favorito ese es el colorete. No puedo vivir sin él. Porque da igual si llevas base o no, si has dormido ocho horas o ninguna, un toque de rubor bien puesto en las mejillas te cambia la cara, el ánimo y hasta el día. Más allá del maquillaje, el colorete aporta ese efecto buena cara inmediato, como si viniera de dentro. Y cuando hablamos de looks naturales, es el producto que marca la diferencia sin hacerse notar. Sutil, fresco, y favorecedor.

No es casualidad que se haya convertido en una obsesión. Desde fórmulas líquidas hasta sticks cremosos o polvos sedosos, hoy en día hay coloretes para todas, para todos los tonos de piel y para todos los estilos. Algunos iluminan, otros esculpen, y los mejores hacen ambas cosas sin que tú te des cuenta. Lo ideal es encontrar el acabado que más se parezca a tu piel en su mejor versión: jugoso, natural y con ese tono que simula que has estado dos horas al sol.

Ahora bien, para dar con tu favorito, el consejo de los expertos es que te fijes en el tono (los melocotón y rosados suelen ser acierto seguro), en la textura (líquido para pieles secas, en polvo si buscas más control) y en cómo se funde con el resto de tu maquillaje. Tendrás un efecto buena cara sin esfuerzo.

Este blush en barra tiene ese acabado jugoso y luminoso que deja la piel con efecto buena cara al instante, como si te hubieras dado un paseo bajo el sol. Su textura cremosa se desliza con facilidad, se difumina sin esfuerzo y dura horas, sin resecar ni marcar textura. Además, está formulado con bayas de goji y un 70 % de ingredientes que cuidan la piel.

Cada dúo está pensado para mezclar tonos de forma intuitiva, con pigmentos que se funden en la piel y un acabado radiante, como si el rubor viniera de dentro. La textura es suave, sedosa y se adapta a lo que busques: un toque ligero o un color más marcado.

Su textura líquida se aplica con una facilidad increíble y deja un brillo sutil y multidimensional que transforma cualquier look. Está pensado para trabajar en capas, con pigmentos modulables y un aroma dulce que hace que maquillarse sea un pequeño ritual. Disponible en 11 tonos, hay uno para cada estilo de piel y de ánimo.

Su fórmula es ligera, de esas que se funden con la piel como si no llevaras nada, pero deja un color vibrante y natural que dura todo el día. Lo mejor es su versatilidad: puedes conseguir un rubor sutil o uno más intenso, según cómo lo apliques. Perfecto para quienes buscan algo que funcione rápido, no se note pesado y deje la piel con un acabado saludable.

Cloud Crush es ese colorete que se siente suave como el aire y deja un rubor perfecto tipo segunda piel. Su fórmula con un 93 % de ingredientes naturales, infusionada con extractos florales, ofrece un color difuminado, sin parches y fácil de construir.

Está disponible en tonos muy ponibles, con acabados mate o luminosos, y se adapta bien incluso a pieles sensibles. Es el tipo de producto que hace que maquillarse sea fácil, bonito y agradable. De hecho, es el que en casa usamos todas.