Aceites para el pelo: cómo elegir el adecuado según tu tipo de cabello

El aceite capilar se ha convertido en uno de los productos más versátiles del neceser de belleza. No es casualidad. Aporta nutrición, controla el encrespamiento, protege frente al calor y consigue ese brillo saludable que todas buscamos. Pero no todos los aceites funcionan igual en todos los cabellos.

Mientras que algunas melenas necesitan fórmulas ligeras para no perder volumen, otras requieren texturas más densas que reparen en profundidad. La clave está en saber qué aceite es el más adecuado según tu tipo de pelo, y cómo incorporarlo en tu rutina para aprovechar al máximo sus beneficios.

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Los aceites actúan como un escudo nutritivo. Sellan la hidratación, suavizan la fibra capilar, reparan daños causados por tintes o calor y aportan un extra de brillo instantáneo. Además, pueden usarse de múltiples formas: como tratamiento prelavado, unas gotas en el pelo húmedo antes de secar o incluso en seco para un acabado pulido.

El pelo fino suele apelmazarse con facilidad, por lo que necesita fórmulas ligeras que hidraten sin restar movimiento. El aceite de jojoba es perfecto porque equilibra el cuero cabelludo y aporta brillo natural sin sensación grasa. Otra gran opción es el aceite de semilla de uva, antioxidante y muy fluido, que aporta luminosidad sin perder volumen.

Cuando el pelo está seco o con frizz, los aceites densos se convierten en un salvavidas. El aceite de coco penetra en profundidad y repara la fibra, ideal para usar como tratamiento prelavado. El aceite de argán, conocido como «oro líquido», suaviza la melena, controla el encrespamiento y aporta un acabado sedoso.

Uno de nuestros aceites favoritos de la nueva línea nutritiva Dyson Omega™. Este aceite capilar está diseñado para «todo tipo de cabellos, resuelve el problema del cabello seco, enredado y encrespado utilizando ingredientes naturales que cultivamos nosotros mismos. De cara al futuro, seguimos siendo pioneros en nuevas formas de mejorar la salud del cabello mediante la aplicación de la innovación, la tecnología y la ciencia de los ingredientes», aclara James Dyson, fundador de la marca.

El rizo, por naturaleza, necesita elasticidad y definición. El aceite de aguacate, rico en vitaminas, ayuda a mantener el rizo hidratado y con forma. El aceite de oliva, más denso, es perfecto para cabellos rizados gruesos que requieren una nutrición intensa para no encogerse ni perder definición.

Los tintes, decoloraciones y herramientas de calor debilitan la fibra capilar. Aquí convienen aceites reparadores como el de macadamia, que devuelve elasticidad y refuerza la melena, o el de almendras dulces, rico en vitamina E y muy eficaz para sellar puntas abiertas.

Aunque no es un aceite específico para cabellos teñidos. Se trata de un aceite que hidrata intensamente, mejora la elasticidad y restaura el cabello apagado y cansado, mejorando la textura y el brillo natural. Es un aceite que ayuda a reducir la rotura, a reparar las puntas abiertas y a fortalecer el cabello.

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