Qué es la porosidad del cabello y por qué necesitas saberlo para que tu pelo no se ensucie tanto en verano

Has oído hablar de ella, o quizás no, pero la porosidad de tu cabello es importantísima, ya que «define la capacidad para absorber y retener la humedad, y está determinada por el estado de tu cutícula capilar, esa capa externa que puede estar más o menos abierta», nos cuentan los expertos de Llongueras.

Tal y como nos explican, entender qué tipo de porosidad tiene tu cabello (baja, media o alta) es clave para elegir los productos adecuados y para saber cómo reaccionará ante el calor, la humedad o el uso de tratamientos». Especialmente en verano, cuando el pelo se expone más al sol, al cloro o al salitre, conocer su porosidad ayuda a protegerlo mejor.

El cabello de baja porosidad tiene la cutícula muy cerrada, «lo que significa que cuesta que entre la hidratación, pero también que se mantenga dentro. Suele ensuciarse con facilidad, acumular producto y resistirse a absorber tratamientos». Por eso, necesita fórmulas ligeras, que hidraten sin apelmazar. Sin embargo, el de porosidad media es más equilibrado y fácil de manejar, mientras que el de porosidad alta absorbe productos rápidamente pero también pierde hidratación igual de rápido. «Suele estar dañado por tintes, calor o decoloraciones».

Saber tu porosidad no es difícil (aunque ahora pienses lo contrario). Puedes hacer la prueba de flote con un mechón limpio en un vaso de agua o fijarte en cómo responde tu cabello tras lavarlo. «Un pelo que tarda en mojarse y en secarse suele tener porosidad baja. Uno que se empapa enseguida pero se reseca rápido, alta. Una vez lo tengas claro, elegir productos formulados para tu tipo será mucho más fácil y tu melena te lo agradecerá».

En verano, cuidar la porosidad significa evitar el encrespamiento, el aspecto apagado o la sensación de cabello sucio al día siguiente. «Los productos deben ayudarte a equilibrar la hidratación, a proteger la fibra y a reducir el daño externo. Y no, no todo lo natural es necesariamente mejor». El equipo de Llongueras recomienda busca fórmulas adaptadas, con aceites que no saturen, proteínas solo si las necesitas y una rutina ajustada al estado real de tu melena.

A la hora de elegir productos, busca indicaciones claras. Si tienes baja porosidad, evita las fórmulas con muchas proteínas y opta por ingredientes que penetren fácilmente, como el aceite de semilla de uva o el aloe vera. Si es alta, opta por mascarillas nutritivas y reconstructoras, y evita el uso frecuente de calor.

En cualquiera de los casos, un champú suave, un acondicionador específico y una mascarilla nutritiva una o dos veces a la semana harán más por tu pelo que cualquier tratamiento milagroso. Eso sí, recuerda proteger tu cabello con protección solar. Me lo agradecerás.

Este champú es una opción natural para cabellos de porosidad baja y textura fina. Su fórmula con romero, aloe vera y glicerina limpia sin agredir, fortalece la fibra capilar y estimula el cuero cabelludo. No contiene sulfatos ni siliconas, lo que ayuda a evitar la acumulación de residuos, algo especialmente útil si tu pelo tiende a ensuciarse rápidamente en verano.

Su fórmula ligera con aceite de semilla de uva, manteca de karité y árbol de té hidrata sin dejar película pesada. Además, ayuda a mejorar la manejabilidad del cabello y a mantener la hidratación justa para que los rizos y ondas no se vean apelmazados.

Pensada para nutrir sin apelmazar, es una buena aliada si tienes el pelo seco pero de porosidad baja. Contiene manteca de mango, karité y aceite de coco en una proporción equilibrada, lo que aporta brillo y suavidad sin dejar residuos pesados.

Está formulada con un 98% de ingredientes naturales, libre de sulfatos y parabenos, y su textura ligera la hace perfecta para el verano. Ideal para mantener el equilibrio entre hidratación y ligereza. La recomiendo especialmente para cabellos finos o poco densos. La diferencia se nota.