Manchas en la piel: por qué se producen y cómo acabar con ellas

Junto a las arrugas, las manchas son la principal preocupación estética de muchas mujeres, sobre todo a partir de cierta edad. Resultan bastante antiestéticas y provocan el envejecimiento cutáneo. Una piel con manchas, incluso aunque no tenga arrugas, puede parecer hasta 10 años mayor. El otoño es un momento perfecto para ocuparnos de ellas, ya que es normal que tras la exposición al sol las manchas hayan aumentado.

La exposición solar sin la protección adecuada, los cambios hormonales (como el embarazo), la toma de ciertos fármacos como los anticonceptivos y el paso del tiempo son las principales causas de su aparición. Pero hay más… Leonor Prieto, directora científica de La Roche-Posay, nos explica que "estudios epidemiológicos recientes han demostrado que la contaminación juega también un papel clave en la aparición de las manchas. Los agentes contaminantes a los que nos enfrentamos a diario (el humo de los coches, el tabaco, las fábricas…) generan radicales libres y penetran en la piel alterándola, causando manchas y un tono gris y apagado".

Hay muchos tipos, pero los más comunes son dos, según nos cuenta la doctora Valeria Cogorno, especialista en medicina estética de la Clínica Dermaline. Los lentigos solares, que son las típicas manchas del sol. "Son de color marrón intenso, planas e irregulares. Suelen aparecer en las zonas más expuestas: rostro, escote y manos". Y el melasma, que está asociado con cambios hormonales, como el embarazo, la toma de anticonceptivos o determinados fármacos. "Son manchas difusas de color marrón claro que cubren zonas extensas de la cara, provocadas por un aumento de la melanina, y que pueden empeorar por el exceso de sol". La doctora avisa de que "las manchas en la piel pueden llegar a ser lesiones malignas, por ello es de vital importancia acudir a un especialista para que haga un buen diagnóstico".

Todos los especialistas en la piel insisten en la importancia de utilizar a diario, incluso aunque esté nublado o sea invierno, cremas y maquillajes con un factor de protección alto. Además es importante limpiar la piel, tanto por la noche, como por la mañana, realizar una exfoliación semanal, e hidratar con productos adecuados según el tipo de piel. A partir de los 40, es aconsejable incluir en nuestra rutina de belleza cremas con activos antioxidantes y despigmentantes.

La doctora Cristina de Hoyos, dermatóloga y directora técnica de Clínicas Ceta, señala que "depende del tipo de mancha y del tipo de producto que contenga la crema. Hay determinadas sustancias despigmentantes que pueden llegar a aclarar las lesiones hasta el punto de hacerlas invisibles. Habitualmente lo más rápido y eficaz es el uso de láseres específicos para la eliminación de las manchas si se trata de un lentigo. El melasma es más complicado de tratar y requiere un enfoque más complejo, mediante el uso de cremas, peelings y otros procedimientos estéticos".

Si crees que las soluciones cosméticas no son suficientes, puedes recurrir a tratamientos médicos estéticos. Lo más aconsejable es ponerse bajo la supervisión de un buen especialista en un centro estético en el que te recomendarán el mejor tratamiento según el tipo de mancha. Por ejemplo en RibeClinic la doctora Adriana Ribé utiliza el Láser Picoway para tratar los lentigos solares en una sola sesión. En el caso del melasma, el Instituto Médico Láser utiliza el peeling Melaspeel que induce la renovación epidérmica para aclarar la piel. En el centro Oxigen apuestan por la Luz Pulsada Intensa para tratar las manchas producidas por cambios hormonales como el melasma del embarazo.

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