belleza
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¿Este invierno te has olvidado de que, debajo de todas esas capas de ropa, también había piel? No te culpamos en absoluto, es más común de lo que imaginas. Pero ahora tienes acumuladas en la superficie del estrato córneo capas de células muertas que impiden la oxigenación de los tejidos que hay debajo y que le dan ese aspecto gris y descamado. Toca exfoliar y lo sabes. Pero si eres de las que se queja de que la textura de los peelings le resulta desagradable (no eres la única a la que le dan dentera), elígelos de sales naturales formuladas con aceites nutritivos. Al aplicarlos sé generosa con la cantidad y masajéalo siempre con movimientos circulares.
Todo los cuidados que quieras dedicar a tu cuerpo deberían empezar en la ducha. Pero ten en cuenta que, en contacto con el agua y el vapor caliente, los poros se abren y la piel está mucho más receptiva. Y también que los tensioactivos y detergentes de los geles que utilizas son ingredientes que tienen la mala costumbre de deshidratar y resecar, e incluso de producir irritaciones y alergias. Pásate a los limpiadores con ingredientes naturales, como las almendras dulces de Babaria o el extracto de cidra de Córcega bio de Nuxe. Y añade un plus de momento spa con los que aportan fragancias de efecto energizante, como el jengibre rojo de Roger & Gallet.
Si ya has pasado de los 30, seguro que has vivido ese momento de epifanía ante el espejo en el que te das cuenta de que la piel bajo tus brazos y en el interior de tus muslos cuelga más de lo habitual y el pecho empieza a estar más cerca de la cintura que del escote. Necesitas un intensivo de reafirmación. ¿La mejor combinación? Un mix de cafeína y péptidos: la primera activa la circulación para acelerar el proceso de drenado y los segundos estimulan la producción de colágeno y elastina.
Lo peor de haberte olvidado de las cremas de cuerpo durante el invierno es que ahora tienes zonas que parecen en pie de guerra. Por supuesto que vas a notar las piernas ásperas, pero puede que también te cueste recuperar la suavidad en el escote y los brazos. Culpa al roce de la ropa y aque has tardado demasiado en exfoliar. Pero como ya lo has hecho, empapa tu piel con ingredientes como el aceite de jojoba o las mantecas de monoï y karité.
Hazlo para mejorar el tono de tu piel sin necesidad de sufrir las agresiones del sol. Pero, sobre todo, porque una piel bronceada disimula muchísimo mejor las imperfecciones y hasta los hoyitos de celulitis en los muslos. Si no confías mucho en tu habilidad para conseguir un color uniforme, pásate a los autobronceadores graduales. Aunque ahora también puedes prescindir de las cremas y lograr un buen color con la ingesta de nutricosméticos.
Hay ciertas zonas en las que notas una sensación de congestión, como las piernas. Tienden a hincharse y eso sucede porque la circulación sanguínea de retorno no es tan eficiente en las extremidades. Pero, además, la circulación y los procesos de eliminación se ralentizan con la edad. La incorrecta oxigenación hace que sea más difícil eliminar toxinas y acumules grasa y agua. Necesitas cremas corporales que aporten un plus de depuración y que ayuden a activar las enzimas de desintoxicación.