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Estos son los tratamientos que debes seguir para mejorar las defensas de tu piel:
Las caricias del sol sobre tu rostro son relajantes y adictivas a partes iguales. Pero también muy dañinas, no lo olvides nunca. Un estudio publicado en el Journal of Investigative Dermatology en 2015 descubrió que, además de romper el colágeno y la elastina y promover el envejecimiento prematuro, los rayos UV alteran las células de langerhans, que son la primera línea de defensa del ADN de tu piel. También reveló que, para reforzar esta barrera, necesitas alimentos ricos en antioxidantes, como los betacarotenos y licopenos. Si faltan en tu dieta habitual (los encuentras en verduras y hortalizas, como tomates o zanahorias), puedes ingerirlos en forma de suplementos.
Lo ideal para un bronceado saludable y ultraprotegido es empezar un mes antes de ir a la playa. Y busca propuestas con un plus. Oenobiol añade a sus cápsulas selenio, zinc y vitamina C, para aumentar el nivel de protección; Forté Pharma, coenzima Q10 para aportar hidratación y flexibilidad; e Inneov, probióticos, con capacidad para mantener el equilibrio inmunológico a pesar de las agresiones.
Tu rostro requiere una cura de revitalización antes de dejar que se enfrente al bronceado veraniego. Y una exfoliación inteligente. No vale con frotar como una posesa con un peeling de granitos el mismo día que aterrizas en la playa. Lo mejor es hacerlo con tiempo y enseñar a tu piel a construir y mejorar su propia barrera de protección. 28 días es lo único que necesitas para entrenarla y mejorar sus defensas con un tratamiento de peeling nocturno como Visionnaire Crescendo de Lancôme. Con un sistema similar al de los tratamientos en cabina, posee dos fases diferenciadas: una de exfoliación preparatoria, que aumenta la resistencia de la piel y le enseña a tolerar los activos que vendrán después, y una segunda de aceleración, con una concentración más alta de ingredientes para regenerar en profundidad, revitalizar y eliminar todas las imperfecciones visibles.
Pero no te olvides del resto del cuerpo. Introduce una rutina diaria de exfoliación suave con un producto como la Loción de efecto luminosos de Nivea. Procura masajearla en las piernas, desde los tobillos hacia los muslos, con movimientos circulares. E insiste en hombros, codos y rodillas. Lo mejor es que, además de poder usarla dentro de la ducha, contiene todo lo necesario para que tu piel salga perfectamente hidratada y nutrida.
Salen más manchas solares en mayo que en agosto. Es por lo dañino que resulta para tu rostro el momento terraceo al mediodía que tanto gusta en nuestro país. Porque ese sol de primavera mezclado con aperitivos, cervecitas, amigos y conversación amena es la combinación perfecta para olvidarte del fotoprotector.
Utiliza siempre los SPF más altos porque duran más (un 30 protege unas tres horas y un 50 añade una media hora más en pieles claras). Y mete en el bolso productos con color para que reaplicarlo sea tan sencillo como retocar el maquillaje.
Llevas todo el invierno entrenando sobre la cinta de correr porque no te ves capaz de enfrentarte a los elementos. Pero ahora sí que te apetece echar unas carreras por el parque. A tu favor, tienes que las nuevas tecnologías de resistencia al agua han avanzado tanto que, cuanto más sudor generes, mejor van a funcionar sus filtros.
Así se comporta WetForce Sports BB de Shiseido, que además amplifica su efecto buena cara hasta en las más difíciles circunstancias. Y Lancaster añade a su protección en movimiento un sistema que baja la temperatura de tu piel hasta 10 grados cuando estás en plena actividad.
No todas las pieles son iguales. Cada una tiene sus problemas. Lo sabes porque lidias con los tuyos cada día. No te conformes con un fotoprotector universal, busca uno que tenga en cuenta tus circunstancias; te aseguramos que lo encontrarás.
Arrugas. El sol es uno de sus grandes culpables. Pero los nuevos fotoprotectores actuan como escudo y contienen activos que corrigen el daño solar a nivel de ADN.
Manchas. Necesitas protección, pero también activos que luchen con la hiperpigmentación, como al vitamina C que incluye RoC.
Acné. Aunque la exposición la sol mejora el acné, el problema sigue ahí. Lo evitas con solares específicos que llevan ácido salicílico.
Grasa. Sabes que el fotoprotector la multiplica por mil. A no ser que lo elijas con fórmulas reequilibrantes y texturas matificantes.