Cómo acabar con la cara de cansada para siempre

Imaginamos que a estas alturas ya sabes que lo que te echa 10 años de encima en el rostro no son las arrugas, sino la falta crónica de sueño. El 60% de las mujeres confiesa que le preocupa más esa cara de cansancio permanente que las canas. Y sí, a los 20 años, los signos de fatiga desaparecen tras una noche de sueño reparador. Pero a los 40 necesitas dos semanas más de vacaciones para conseguirlo. La buena noticia es que los antifatiga son el nuevo objetivo antiedad. Vamos a darte las razones por las que te sucede y las soluciones para ponerle freno.

Cada vez le escatimamos más horas a la almohada. Porque tus hijos han convertido tus noches en un ‘sueñus interruptus’, porque no eres capaz de poner freno a tu adicción a los realities que acaban de madrugada o porque te metes en la cama con la tablet y, para cuando te quieres dar cuenta, te han dado las dos de la mañana y tienes los ojos como platos.

Sea como fuere, el caso es que un estudio europeo ha contabilizado que en los últimos cinco años hemos perdido un promedio de 28 minutos de sueño. Y si no descansas los suficiente, perturbas el proceso de regeneración nocturna, con lo que se acumulan las toxinas en la piel que no han podido ser eliminadas y se acelera el proceso de envejecimiento.

¿La traducción en tu rostro? Una tez apagada y grisácea, una mejillas hinchadas y un hundimiento de la zona de las ojeras al que se une una clara inflamación y caída de párpados. Suena como el Apocalipsis, ¿verdad? Pues no te preocupes porque tiene solución.

· Para la cara necesitas fórmulas desintoxicantes que favorezcan la eliminación de residuos celulares y proporcionen un extra de energía a la epidermis mediante un cóctel de vitaminas, oligoelementos, antioxidantes y aminoácidos. Pero también requieres cremas que incrementen la capacidad de recuperación de la piel cansada con efecto redensificador para proporcionarle textura. Y que actúen en tiempo récord.

· Para los ojos tienes que centrar tus objetivos en abrir la mirada (porque bolsas y ojeras los empequeñecen) y acabar con ese semblante triste y de ceño fruncido que te provocan esas cejas que resultan muy pesadas.

A todo lo que te hemos contado hasta ahora hay que sumarle la ansiedad constante de los malabarismos diarios. Esa que te obliga a trabajar en varios proyectos a la vez, a cruzar la ciudad en tres tipos diferentes de transporte público, a no olvidarte del horario completo de actividades extraescolares de tus retoños y a solucionar todos los desaguisados domésticos desde el móvil. La sobrecarga de responsabilidades obliga al organismo a generar cortisol, que destruye el colágeno, y por contra, a reducir la producción de melanina, que actúa como un potente antioxidante.

¿La traducción en tu rostro? Se te abren los poros, la piel se vuelve más reactiva y los surcos nasogenianos, que son las dos líneas que aparecen a ambos lado de la boca desde las aletas de la nariz, se notan muchísimo más. Incluso puede que notes que las comisuras de lo labios caen hacia abajo. Y las líneas de expresión están tan marcadas que ya casi parecen arrugas. Por muy mal que parezca el panorama, también tiene solución.

Lo que necesitas son productos que reequilibren todos los procesos y refuercen la resistencia de la piel. Y mejor si son en texturas frescas y ultraligeras que mejoren la calidad de la piel, reduzcan los poros, descansen los rasgos y unifiquen el tono. Apunta también en tu lista las mascarillas recuperadoras con oxígeno activo (capaz de activar la microcirculación de la piel) y los tratamientos flash de efecto lifting inmediato para momentos puntuales.

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