manicura en verano
manicura en verano
Cuando hablamos de los efectos del sol, solemos pensar en la piel o el cabello. Pero hay otra parte del cuerpo que también sufre en verano y a menudo pasa desapercibida: las uñas. Sí, el sol, el cloro, la sal del mar y el uso continuado de esmaltes pueden debilitarlas más de lo que crees.
Aunque las uñas no se queman como la piel, la exposición prolongada al sol puede resecarlas, volverlas más quebradizas y favorecer su descamación, sobre todo si ya están dañadas o si usas productos agresivos como quitaesmaltes con acetona. Además, en verano nos lavamos con más frecuencia las manos y pasamos más tiempo en el agua, lo que también altera su hidratación natural.
Por suerte, cuidarlas es más fácil de lo que parece. Te enseñamos tres trucos sencillos (y efectivos) para mantener tus uñas bonitas y fuertes durante toda la estación. El primero, y el más importantes es hacer uso de la crema de manos que también debes extender en las uñas.
Si usas crema solar en las manos, no olvides extenderla también sobre las uñas. Y si llevas manicura permanente o esmaltes con color, aún más importante: los rayos UV pueden alterar el color o debilitar el gel si no están bien sellados. Para un extra de protección, puedes aplicar un top coat con filtro UV.
Nuestro favorito: el top coat Protect' light con protección UV de la firma Peggy Sage. Es un esmalte que aporta un brillo sutil a las uñas y además, las protege. Es un esmalte que puedes conseguir por unos 7,90 euros.
Usa aceite de uñas y cutículas cada noche o tras la exposición al sol. Ingredientes como el aceite de almendras, jojoba o vitamina E ayudan a restaurar la hidratación y evitar que se quiebren. También puedes usar una crema de manos rica y masajear bien la base de la uña.
Nuestro favorito: este sérum para las uñas y cutículas de Manucurist. Su exclusiva fórmula a base de agua enriquecida con pantenol, extractos de semillas de castaño y glicerina, hidrata en profundidad y restaura las uñas secas, finas y quebradizas.
El verano invita a llevar las uñas siempre pintadas, pero lo ideal es dejar al menos un par de días entre manicuras para que la uña respire. Durante ese tiempo, aplica un fortalecedor o un tratamiento endurecedor suave para reforzar la queratina natural.
Con unos cuidados mínimos y constantes, tus uñas pueden sobrevivir al verano tan bonitas como el primer día de vacaciones. Y si notas que se rompen más de lo habitual, recuerda que también puedes cuidarlas desde dentro, con suplementos de biotina o colágeno.