Tu piel las necesita: cinco brumas faciales con activos que hidratan, refrescan y combaten signos de la edad

En verano, la piel se deshidrata más rápido debido al calor, el sol y el uso continuo de protector solar. Las brumas faciales son una forma eficaz, cómoda y rápida de aportar hidratación durante el día sin alterar el maquillaje ni necesitar una rutina completa. Ayudan a calmar la piel, evitar la tirantez y mantener un aspecto fresco y luminoso, incluso después de largas horas al aire libre.

Se recomiendan especialmente para pieles sensibles, deshidratadas o expuestas de forma continua al sol y la contaminación. Las hay con fórmulas antioxidantes, calmantes, hidratantes y algunas incluso con protección solar. Su uso también potencia el efecto de los tratamientos antiedad, ya que contribuyen a mantener la piel elástica y protegida frente al envejecimiento acelerado que provocan los rayos UV.

¿Son todas iguales? Para nada. Por lo que, el consejo que dan los expertos es que te fijes en aquellas con activos como ácido hialurónico, aloe vera, extractos botánicos calmantes y, si es posible, filtros solares. También es importante que sea no comedogénica y apta a tu tipo de piel.

Formulada con lavanda, manzanilla y verdolaga, ingredientes conocidos por sus beneficios antioxidantes y antiinflamatorios, esta bruma es ideal para quienes buscan una sensación de confort y frescor inmediato durante el día, especialmente tras la exposición solar o ambientes cargados. Ayuda a mantener la hidratación sin saturar la piel, y su textura ligera permite reaplicarla las veces que se necesite.

Con ácido hialurónico, aloe vera y ginseng, actúa como un todo en uno para calmar, hidratar y revitalizar la piel. Puede usarse como tónico, fijador o refrescante en cualquier momento del día. Su combinación de té verde y lavanda calma y alivia los síntomas de pieles reactivas o aquellas que han estado expuestas a un día al sol. Además, no deja residuos y es apta para usar sobre maquillaje.

Una opción clásica y eficaz, enriquecida con aloe vera, rosa, tomillo y gardenia. Está especialmente pensada para restaurar la luminosidad de pieles apagadas y deshidratadas, y ayuda a equilibrar el pH de la piel. Puede utilizarse varias veces al día sin riesgo de irritación, y su fórmula suave la hace adecuada incluso para pieles con tendencia a la sensibilidad.

Destaca por su filtro solar SPF50 en un formato ligero y sin acabado graso. Se puede aplicar sobre o bajo el maquillaje. También contiene ingredientes calmantes para reforzar la barrera cutánea y es una solución práctica para quienes buscan mantener su piel protegida del sol sin reaplicar cremas densas.

Pensado para usar después del sol, este spray con pantenol hidrata intensamente y ayuda a calmar la piel tras la exposición solar. Aunque se aplica más como loción corporal, su formato bruma permite una aplicación uniforme y sin contacto directo.

Nos gusta porque favorece la regeneración cutánea, alivia el enrojecimiento y ayuda a prolongar el bronceado. Es ideal como paso final de la rutina de noche tras un día de playa o piscina.