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A los más pequeños de la casa también les gusta cuidarse. Y no porque quieran imitar a mamá y a papá. Los niños tienen sus propios gustos y toman sus propias decisiones en temas de colonias. En cuestión de hidratación ya es otro cantar. Las pieles de los niños tienen necesidades específicas y hay que elegir sus crema en función de ellas. Así que lo mejor es que sean los padres quienes tomen las decisiones con la ayuda del pediatra o el dermatologo.
Su piel inmadura tiene que hacer frente a los mismos desafíos que la tuya, pero no está tan bien equipada. Su barrera natural de protección no tiene la misma capacidad defensiva y les afectan más los activos irritantes y la contaminación de las ciudades. De ahí que las dermstits atópicas inespecíficas sean tan comunes entre los niños menores de 10 años en nuestros tiempos. Por eso es importante compensar bien la hidratación de su rostro con una crema específica que tenga en cuenta las necesidades de su estrato córneo, que no tenga perfume y que mejores las defensas de su piel.
Aunque es más fuerte y crece con mejores anclajes al cuero cabelludo, su cabello es más fino que el nuestro y tiende a enredarse con facilidad. Los champús y acondicionadores para niños lo tienen en cuenta y añaden a su fórmula activos que facilitan el peinado. Y eliminan todo lo dañino, como parabenos y surfactantes fuertes.
Cítricas y hespérides, florales y dulces, sus fragancias huelen a limpio, a chuches, a ímpetu y a diversión. Para los más pequeños, busca colonias sin alcohol. A partir de los tres años, no es tan importante porque, además, los porcentajes son tan bajos que no hay riesgo de que resequen la piel.