Una experta advierte a las pieles maduras: «La exposición solar acelera la degradación del colágeno en la piel»

El verano despierta en nosotros ese deseo de piel radiante y luminosa, pero la combinación de sol, calor y sudoración acelera la degradación del colágeno, la proteína encargada de dar firmeza y elasticidad a la dermis. Y esto a veces no lo tienen tan claro las pieles a partir de los 50.

En las pieles maduras —donde la producción de colágeno ya ha comenzado a mermar de forma natural— estos efectos se hacen aún más evidentes: arrugas más marcadas, flacidez, manchas y pérdida de volumen. Para protegerse, es esencial entender cómo el sol y el calor actúan sobre el colágeno y adoptar una rutina específica de mañana y noche, apoyada en ingredientes antiedad y hábitos de vida saludables.

«La exposición solar, acelera la degradación del colágeno en la piel, lo que lleva a la pérdida de elasticidad, firmeza y a la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento. Los rayos UV, tanto UVA como UVB, dañan las fibras de colágeno y elastina, componentes esenciales de la estructura cutánea, y también pueden reducir la producción de nuevas fibras de colágeno», asegura Paz Torralba, directora de The Beauty Concept.

En verano, está claro que la piel sufre más y que puede «afectar al metabolismo del colágeno en la dermis de varias maneras», asegura Paz Torralba. Esto es debido a que «el calor dilata los vasos sanguíneos, lo que puede aumentar el flujo sanguíneo a la piel y afectar la disponibilidad de nutrientes para el colágeno».

También la piel se ve afectada por otro factor muy común en verano como es la sudoración. «Puede llevar a la pérdida de agua y electrolitos, lo que podría afectar la hidratación de la piel y la función del colágeno. Además, la exposición prolongada al calor puede contribuir al envejecimiento prematuro de la piel y a la degradación del colágeno«.

«Lo más importante un buen diagnóstico con un profesional para que la rutina sea personalizada y eficaz», aclara la experta. Aún así aconseja siempre en priorizar una buena rutina de mañana y noche con «limpieza de la piel, protección solar y la hidratación sobre todo, porque se produce una deshidratación severa de la piel con el sol».

La limpieza del rostro es un paso súper importante que jamás debes saltarte y menos en verano. «La limpieza es fundamental siempre y en verano más por esa deshidratación que se produce por el daño solar». A esto hay que sumarle un buen tónico que permita equilibrar la piel.

Por la noche es clave introducir productos nutritivos como cremas o mascarillas «que nos repare los daños solares del día». Se puede usar «una mascarilla 1 vez por semana por lo menos, en función de la piel y necesidades». Y la suplementación, ¿es clave?

Según los expertos ayuda. Sin embargo, «es fundamental llevar una dieta rica en antioxidantes, comer frutas y verduras de temporada y mucha proteína limpia, sin saldas y cocinados a la plancha». También recomienda la experta hacer ejercició regular y beber mucha agua.