Por qué mi cuerpo está más inflamado en otoño: lo que dicen los expertos y trucos que funcionan

Lauren Izquierdo Publicado · 9 de octubre de 2025, 13:41 h

Con la llegada del otoño, lo que cambia no es solo la temperatura, también lo hace nuestro cuerpo. Muchas mujeres notan una mayor sensación de pesadez, hinchazón o retención de líquidos que aparece sin motivo. La ropa queda más justa, los anillos aprietan y la digestión se vuelve más lenta. Pero, ¿y si te dijera que no es casualidad? El cambio de estación puede alterar nuestros ritmos internos más de lo que pensamos.

La transición del verano al otoño supone un reajuste para el organismo. Pasamos de meses de más movimiento y comidas frescas a rutinas más sedentarias y platos más ricos, lo que impacta en la circulación y en el sistema digestivo. Además, las variaciones hormonales y el descenso de la luz solar también influyen en nuestra forma de retener líquidos y metabolizar los alimentos.

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A todo esto se suma el estrés del «nuevo año urbanita»: la vuelta al trabajo, los cambios de horario y el descenso de la actividad física. El resultado es una inflamación leve pero molesta que afecta al cuerpo y al estado de ánimo. Aunque hay una buena noticia… Cuando entiendes que te pasa, puedes controlarla.

Según los expertos, el cuerpo reacciona de forma natural al cambio estacional. «Cuando las temperaturas bajan y las horas de sol disminuyen, el metabolismo y del drenaje linfático se ralentizan, lo que favorece la acumulación de líquidos«, nos cuenta la nutricionista clínica María Fernanda Contramestre. También influyen los cambios en la dieta, ya que solemos aumentar el consumo de sal, harinas y alimentos más pesados, lo que incrementa la retención.

¿Por qué sucede? «El cuerpo entra en una especie de modo de reserva energética con la llegada del frío. Se adapta reduciendo el gasto calórico y almacenando más, algo completamente natural. Pero si no equilibramos la alimentación y mantenemos una rutina de movimiento, esa adaptación se traduce en inflamación visible».

Combatir la inflamación otoñal no requiere soluciones drásticas, sino constancia y pequeños gestos. Beber suficiente agua, priorizar infusiones drenantes y mantener una alimentación rica en frutas, verduras y proteínas magras ayuda a equilibrar el organismo. También es clave reducir el consumo de alcohol y azúcar, grandes aliados de la retención.

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«Caminar al menos 30 minutos al día, dormir bien y practicar ejercicios suaves como yoga o pilates ayudan a activar la circulación y mejorar el drenaje natural del cuerpo. No se trata de hacer más, sino de hacerlo con coherencia y constancia».

Ampliar

Si estás inflamada no hay nada como un kit de supervivencia: unos leggings que se adapten bien como estos de Ecoalf (69 euros), una botella de agua con capacidad suficiente (Stanley, 35euros), una agenda para controlar el estrés (Kokonote, 19,95 euros), unas infusiones drenantes (LPG, 29 euros), y unas zapatillas para salir a caminar (Lululemon, 158 euros).

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