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Con cada entrada en una nueva temporada, tenemos que hacer cambios en nuestra rutina facial. Debemos adaptar los tratamientos a las necesidades de la piel según la época del año. Del invierno sale super apagada y seca por el estrés, los excesos en las sientas y el clima tan árido y frío. Por eso, al estar tan saturada, tenemos que hacer un reset o partir desde cero para que vuelva a recuperar su hidratación, tersura y luminosidad.
De golpe, con un peeling, una limpieza profunda y un buen cosmético intensivo de uso semanal, podremos acabar con la cara de cansada, la aspereza y la sequedad. Nuestra piel estará renovada y quedará transformada, mucho más saludable, juvenil y favorecida. Por eso, te ayudarán muchísimo estas mascarillas faciales reparadoras que revitalizan, rejuvenecen e hidratan de cara a la primavera.
Si quieres tener una piel bonita de nuevo, esta mascarilla de hidratación intensa e inmediata es de lo mejor. Proporciona lípidos que acaban con la sequedad. Y, aumenta la suavidad, el relleno y la elasticidad de la piel, hasta disminuyendo las líneas finas causadas por este problema. Acaba con las zonas ásperas e irritadas e ilumina muchísimo.
Devuelve el rostro a la juventud con su mezcla nutritiva de aceite de almendra y aguacate que son ricos en ácidos grasos. La mimosa suaviza, calma y purifica. La vitamina C combate el envejecimiento al estimular el colágeno, unifica el tono por aclarar manchas, ilumina y protege de los radicales libres. El colágeno actúa como hidratante y potencia la flexibilidad y la tersura, redensificando. Y, sus efectos se incrementan por la glicoina.
Si tienes aspecto cansado, apagado y piel muy seca, no tienes más que usar esta mascarilla renovadora para conseguir los efectos de un tratamiento facial de cabina. Aporta luminosidad, unifica el tono, reduce en enrojecimiento y la pigmentación, tersa la piel y rellena con su intensa hidratación.
Para ello, está formulada con un ingrediente patentado que estimula la desintoxicación celular para restaurar el brillo natural de la piel. Y, otro de estos complejos hace que el tono del rostro se iguala, por la renovación y la reducción de la melanina que aclarará las manchas. También alisa la textura, minimizando poros y líneas de expresión. Y, la mezcla de ácido hialurónico y moringa acondicionan, redensifican e hidratan en lo más profundo.
Pieles secas, deshidratadas, estresadas o irritadas, con daños por el clima invernal, se verán muy beneficiadas con esta mascarilla facial hidratante. Trabaja rápido para calmar la sed de la piel y recargar su vitalidad al proporcionar nutrientes y otros ingredientes que mejoran su aspecto y salud, como la fuerza de la barrera cutánea o los niveles de agua.
En su composición se encuentra la plata de la resurrección que alivia la deshidratación, el aceite de flor azul con propiedades antiinflamatorias, inulina prebiótica, un complejo de azúcares que ofrece un efecto hidratante al largo plazo y el ácido hialurónico que rellena, devuelve la elasticidad y ayuda a suavizar arrugas. Además, la vitamina E protege y repara los daños y los aceteis como el de almendra, junto a la manteca de karité, aportan flexibilidad y un tacto aterciopelado, con mucho confort.
Si el invierno te ha dejado exceso de sensibilidad, mucha tirantez y sequedad, haz el reset con esta mascarilla reparadora de noche con la textura más cremosa y ligera para que penetre en las capas profundas de la piel y reduzca los daños con eficacia.
Refuerza la barrera cutánea y la hidratación, alivia la irritación y renueva. ¿Cómo? Gracias a la centella asiática multibeneficios con efecto antiedad, cicatrizante, antimanchas, hidratante y calmante. Y, se ayuda del escualeno, el pantenol, la manteca de karité y el árbol del té para que parezca que has tenido el sueño de la bella durmiente y despiertes con la mejor piel posible.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.