Mi madre siempre ha tenido muy claro a qué quiere oler: a limpio, a recién salida de la ducha, a esa sensación de frescor que solo dan ciertas fragancias ligeras, sin artificios. Nada de perfumes pesados ni de notas demasiado dulzonas; lo suyo son las colonias con olor a sábanas recién lavadas, a brisa marina o a flor de naranjo en pleno esplendor. Y esa preferencia tan marcada la ha convertido en una auténtica coleccionista de perfumes frescos, de esos que no cansan y que, al contrario, te invitan a acercarte.
Lo curioso es que su amor por este tipo de aromas ha trascendido generaciones y lazos familiares. Desde hace años, comparte perfumes con mi madrina —su mejor amiga/hermana de toda la vida— como si fuesen pequeños secretos entre cómplices. Se los recomiendan, se los regalan, y cuando se reencuentran, siempre hay una nube de ese olor a fresco flotando entre ellas, tan reconocible que, incluso con los ojos cerrados, sabría que están cerca. Es un gesto de cariño envuelto en bergamota, jazmín y almizcle blanco.
Este ritual olfativo ha sido tan constante en el tiempo que, sin quererlo, han creado una especie de firma personal compartida. Para ellas, un buen perfume fresco no es solo un complemento: es una declaración de estilo, una forma de estar en el mundo con ligereza, elegancia y naturalidad. Y aunque los frascos cambian con los años, hay algo que siempre permanece: esa forma tan suya de convertir lo cotidiano en algo extraordinario.
Lime Basil and Mandarine de Jo Malone, es un agua de colonia neutra, fresca, elegante, fácilmente llevable por cualquiera que adore la sensación de frescor tras la ducha, de ropa limpia, piel hidratada, y ambiente relajado. Contiene notas de albahaca picante y tomillo blanco aromático que aportan un giro inesperado al querido aroma de la lima bañada por el sol, dotando de modernidad un clásico de la perfumería.
Aqua Allegoria Herba Fresca de Guerlain. Es natural, ligera y sofisticada. Creada en 1999, mezcla la vitalidad de notas provenientes de hierbas y frutas con otras más intensas para dejar a su paso una experiencia sensorial fresca y elegante que cautiva a los cinco sentidos de principio a fin.
L'Eau de Serge Lutens propone una reconexión con lo esencial. A través de sus notas olfativas, recrea el aroma de las sábanas recién planchadas. Sus ingredientes, todo materias primas naturales, evocan la sencillez de un ritual centrado en el agua, el baño y unas gotas de perfume.
Eau de Soleil Blanc de Tom Ford. El giro vivaz en la calidez del ámbar floral se hace eco de la reflexión cristalina del sol blanco, un resplandor sensual del cielo en el agua. Verde de bergamota, aceite de naranja amarga orpur®, petitgrain orpur®, ylang ylang de las islas comores, acorde de pistacho, acorde de coco de mar, lleva el calor equilibrante del perfume.
Eau de Campagne de Sisley es, como su nombre indica, una elegante oda a la naturaleza viva: es verde, terrosa, campestre… Sugiere rocío, la primera luz del día, hierba recién cortada, musgo, hoja de tomatera y piel de cítricos. Lo mejor es que aguanta intacta todo el día.
L'Enfant Terrible de Givenchy es audaz y tiene mucha personalidad. La fragancia se abre con una fracción de bergamota y un extracto puro de jengibre para crear un cara a cara deslumbrante y vibrante. Esta disruptiva estela se envuelve en un coextracto calmante de absoluto de ládano y ambrox, mientras que su calidez ambarina realza la majestuosa nobleza de la madera de cedro. Inusual y de espíritu libre, esta fragancia irradia su contagiosa energía.