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La composición de productos en belleza es una mezcla de revolución científica y conocimientos tradicionales. Podemos encontrar productos basados en las últimas tecnologías con activos optimizados en laboratorio o básicos que llevan utilizándose en medicina para la piel durante toda la vida. En este último caso, los ingredientes como plantas o frutas son los que conforman fórmulas humildes, pero efectivas. Sin embargo, existen componentes de la naturaleza que son increíblemente lujosos y resulta, que también beneficiosos para combatir los signos de la edad.
Lejos del 'claiming' y lo atractivo que puedan resultar activos preciosos como los metales, el oro y la plata, o piedras como el diamante, existe otro dentro de esta categoría al que debemos prestar mucha atención: la perla. Empleadas desde hace milenios en las técnicas médicas orientales como en China, India o Egipto, las perlas en formato polvo o extracto tienen la capacidad de revertir el proceso de envejecimiento y minimizar las imperfecciones. Te mostramos qué pueden hacer y por qué debes probar su poder.
Las perlas son altamente ricas en calcio, aminoácidos y oligoelementos, tres componentes que le sientan de maravilla a la piel. En la medicina tradicional China eran conocidas por acelerar el proceso de curación de la epidermis y ayudar a paliar cicatrices, acné o rellenar líneas finas, ya que lo que consiguen las perlas es estimular la producción de colágeno y la renovación celular (más o menos como el retinol, pero sin ningún efecto secundario).
Al contener un nivel muy alto de aminoácidos (los componentes de las proteínas), reparan y refuerzan las células y los tejidos que estructuran y componen la piel y la barrera cutánea, consiguiendo elasticidad, firmeza, volumen, arrugas suavizadas, luminosidad y en, general, un aspecto rejuvenecido.
Además, también están repletas de minerales como el calcio o el magnesio, los cuales son excelentes para una hidratación exhaustiva, fomentar la regeneración de la piel y la renovación celular, así como equilibrar los niveles de salud de cutis para regularizar la producción de sebo sin perder la humedad necesaria.
Otra de sus facetas es la antiinflamatoria, por lo que es capaz de recudir hinchazón, congestión, irritación, rojeces y el aspecto cansado, revitalizando el rostro y aportando un brillo juvenil efecto buena cara.
Las perlas también ayudan a tratar la pigmentación de cualquier tipo y los oligoelementos que residen en ellas trabajan como cofactores de los antioxidantes para combatir los radicales libres que provocan el envejecimiento de la piel.
Básicamente, las perlas lo hacen todo para mejorar la piel. Son un ingrediente 360 que trata al completo los signos de la edad y que mejora el aspecto del rostro desde su primer uso. ¡Hora de probarlo!
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