Cómo cambia la piel en verano y qué necesita realmente según los expertos

Hablamos con expertos para saber cómo cuidar el rostro de manera adecuada estos meses

Street Style LAUNCHMETRICS SPOTLIGHT
Cómo cambia la piel en verano y qué necesita realmente según los expertos
Sandra Cárcel
Sandra Cárcel

A estas alturas del verano, cuando el calor aprieta sin tregua y los días al sol se acumulan, es habitual notar ciertos cambios en la piel: se vuelve más grasa o más tirante, aparecen brillos en zonas inesperadas, pequeñas manchas nuevas o incluso brotes de acné, aunque nunca hayas tenido. Es un momento crítico en el que conviene replantear nuestra rutina cosmética y preguntarnos: ¿le estamos dando a la piel lo que realmente necesita?

El verano es una estación que transforma por completo el comportamiento de la piel. No se trata solo del aumento de la temperatura, sino de una suma de factores que afectan a su equilibrio natural: la exposición constante a la radiación solar, el cloro de las piscinas, la sal del mar, el sudor, los cambios en la alimentación, e incluso el estrés que puede provocar la interrupción de nuestras rutinas. Todo eso deja huella, tanto en la piel, como en el pelo.

«En verano la piel parece más bonita a simple vista, pero en realidad está más vulnerable», advierte Noemí Bermúdez, CEO de Mímate Cosmetics y experta en nutricosmética. «El sol genera una sensación de buena cara, pero también provoca un envejecimiento celular silencioso que se manifiesta meses después si no se cuida adecuadamente».

Uno de los errores más comunes es pensar que la piel se regula sola. Es cierto que con el calor sudamos más y que muchas personas notan menos tirantez o sequedad, pero eso no significa que esté correctamente hidratada. Al contrario, la deshidratación es uno de los grandes problemas del verano, tanto por dentro como por fuera. Y no basta con beber agua: la piel necesita ayuda para retener esa hidratación y proteger su función barrera.

Además, la radiación solar, incluso en días nublados, activa los radicales libres, principales responsables del envejecimiento prematuro. Por eso, la fotoprotección diaria se convierte en una obligación, no solo en la playa, sino también en la ciudad, en la montaña o al sentarnos en una terraza. «La gente sigue sin aplicar suficiente protector solar, o lo hace solo una vez al día, y eso es claramente insuficiente», señala Noemí Bermúdez. «Y no digamos si además no se combina con antioxidantes que neutralicen el daño oxidativo».

Aquí es donde entra en juego la nutricosmética, una aliada cada vez más presente en el cuidado veraniego. A través de complementos alimenticios específicos —ricos en colágeno, vitamina C, zinc, ácido hialurónico o astaxantina— es posible reforzar la piel desde el interior para aumentar su resistencia al sol, mejorar su hidratación y favorecer una regeneración más rápida tras la exposición.

¿Significa esto que hay que llenar el neceser de productos? En absoluto. En verano, menos es más. Lo ideal es simplificar la rutina, pero elegir bien: una buena limpieza, un sérum antioxidante, una hidratante ligera que no sature la piel y una protección solar eficaz, reaplicada cada dos horas si hay exposición directa. Por la noche, toca reparar: limpiar en profundidad, rehidratar y aportar ingredientes calmantes que ayuden a la piel a recuperarse.

No hay que olvidar que también influyen nuestros hábitos: dormir mal, no descansar, comer más azúcares o alcohol que de costumbre, o pasar muchas horas al aire libre sin protección, empeora el estado de la piel. El verano es para disfrutarlo, sí, pero también para escuchar lo que nuestro cuerpo —y nuestra piel— nos está pidiendo.

Como comenta Noemí Bermúdez: «Cuidar la piel en verano es un acto de responsabilidad con nosotras mismas. Es el momento perfecto para mimarla, protegerla y nutrirla como se merece. Lo agradecerá, no solo ahora, sino en otoño, cuando todo lo que hicimos —o no hicimos— se verá reflejado en el espejo».

Temas

Verano Piel
HORÓSCOPO

HORÓSCOPO

Sagitario

Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.