El truco de experto para recuperar la piel y evitar pelarte tras el verano

El verano es la estación en la que más disfrutamos del aire libre, de los días de playa y piscina y de esas horas al sol que nos regalan un bronceado favorecedor. Pero también es la época en la que la piel más sufre, y por eso, debemos prestarle más atención.

La combinación de radiación solar, cloro, salitre y cambios de temperatura provoca que, al llegar septiembre, la piel esté mucho más seca de lo habitual, con sensación de tirantez e incluso con pequeñas escamas. Esa descamación no solo arruina el tono dorado que hemos conseguido con esfuerzo, sino que también es una señal de que la barrera cutánea necesita urgentemente reparación y cuidados específicos.

La buena noticia es que existen trucos de experto sencillos y eficaces que pueden marcar la diferencia en cómo se recupera la piel tras el verano. Los dermatólogos coinciden en que el secreto no está en cubrir la piel con capas y capas de crema de forma puntual, sino en establecer un ritual constante que combine exfoliación suave e hidratación profunda. De este modo, ayudamos a la piel a renovarse, a eliminar las células muertas y a recibir con mayor eficacia los principios activos que realmente la devuelven a la vida.

¿Por qué es tan importante este gesto? Porque el bronceado no depende únicamente de la intensidad del sol recibido, sino de cómo cuidamos la piel después de la exposición. Si dejamos que se reseque y se pele, el tono se perderá rápidamente y la textura quedará irregular. En cambio, si aplicamos los productos adecuados, podemos prolongar la luminosidad y la elasticidad de la piel durante semanas.

Aquí entra en juego la elección de cosméticos adecuados, capaces de nutrir en profundidad, calmar las rojeces y sellar la hidratación. Ingredientes como la niacinamida, la glicerina, el ácido hialurónico o los aceites vegetales son aliados imprescindibles en esta fase de recuperación. No se trata de fórmulas complicadas ni de rutinas interminables, sino de seleccionar un par de productos eficaces y aplicarlos de manera constante.

Un ejemplo claro son tres básicos que no pueden faltar en el neceser de final de verano. Desde cremas corporales súper hidratantes, pasando por aceites con texturas untuosas que transformen la piel seca y mejoren la elasticidad, hasta cremas de farmacia que calmen esa tirantez tras el verano.

Esta crema corporal es un clásico de Rituals y una de las más recomendadas cuando la piel necesita un extra de nutrición. Inspirada en la flor de cerezo japonesa, combina una textura rica y untuosa con un aroma suave y envolvente que convierte la aplicación en un momento de autocuidado.

Su fórmula está pensada para devolver elasticidad y suavidad, perfecta para después de la ducha. Es ideal para quienes buscan no solo hidratar, sino también transformar la rutina diaria en un ritual sensorial.

Otra recomendación es el aceite corporal de la firma Bio-Oil. Está formulado con una mezcla de aceites vegetales y vitaminas que ayudan a mejorar la elasticidad de la piel, a atenuar cicatrices y a unificar el tono.

En el cuidado post-solar, resulta perfecto para mantener la piel flexible y prevenir la descamación, especialmente en zonas más secas como piernas, brazos o escote. Su gran ventaja es que se absorbe rápido y no deja sensación grasa, lo que lo hace ideal incluso en climas cálidos.

Mixa es una marca de origen francés especializada en pieles sensibles, y esta crema con niacinamida es una de sus fórmulas estrella. La niacinamida, también conocida como vitamina B3, es un activo calmante y reparador que refuerza la barrera cutánea y combate la sequedad.

Además, tiene acción antiinflamatoria, lo que ayuda a reducir rojeces y a devolver confort a la piel irritada tras la exposición solar. Su formato familiar de 400 ml es perfecto para usar a diario, incluso varias veces al día, sin escatimar en cantidad