El misterio de la tiara de Cartier robada (valía 1 millón de euros) que Tamara Falcó no podrá heredar cuando sea oficialmente marquesa de Griñón

La trama es digna de cualquier murder mistery de Agatha Christie (afortunadamente sin la parte 'murder'): una boda, una tiara de Cartier de platino y diamantes valorada en 1 millón de euros y un robo. Tamara Falcó hereda el título de marquesa de Griñón (al igual que Álvaro Falcó, que heredará el título de marqués de Cubas) pero no esta preciosa joya vinculada a él.

La bellísima joya era parte de una colección que Cartier diseñó en los años 20, las llamadas Fountain Tiaras. La última vez que se la vio en público fue adornando la cabeza de una novia, Hilda Armada Falcó. Hilda es prima de Tamara por parte de padre.

Es hija de Álvaro María Armada, conde de Revillagigedo, y de María del Rocío Falcó, condesa de Berantevilla. Además de ser ella misma condesa de Güemes, un título que le cedió su padre, trabaja como gerente de relaciones artísticas en Estée Lauder desde 2010.

¿Cómo perdió la prima de Tamara Falcó una tiara de un millón de euros? No la perdió: se la robaron. Hilda Armada se casó en 2011 en la Quinta de Deva (Gijón), una finca de ensueño para una boda de postín a la que acudió, como no, su prima.

Tras el enlace, la tiara se quedó en mudó a la Quinta de la Peña de Francia, que no es la vivienda habitual de la familia y estaba custodiada por unos guardeses. Un par de años después, esta joya y otros objetos valiosos fueron robados de la casa. La Guardia Civil consideró sospechosos a los empleados, aunque más adelante detuvo a una familiar de estos, que al parecer había contactado con una banda de ladrones para encargarles el golpe.

A pesar de las pesquisas de las autoridades, esta Fountain tiara se considera desaparecida e irrecuperable; lo más probable es que se vendiera a piezas en el mercado negro. Así, la nueva marquesa de Griñón no podrá lucir nunca esta joya que llevaba décadas en su familia.