La más grande

El primer gran amor de Rocío Jurado no fue Pedro Carrasco, sino Enrique García Vernetta: ella le pidió matrimonio (y él la rechazó las tres)

El primer gran amor de Rocío Jurado no fue Pedro Carrasco sino Enrique García Vernetta, el único hombre al que la cantante le pidió matrimonio (y él la rechazó tres veces)

Silvia Vivas
SILVIA VIVAS

A María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado, más conocida por su nombre artístico Rocío Jurado, solemos recordarla siempre encima de un escenario desplegando poderío y voz. La hemeroteca nos recuerda también que ocupó muchas portadas posando junto a su primer parido, Pedro Carrasco, o el segundo, el torero José Ortega Cano. Pero en el corazón de la más grande siempre hubo otro nombre, el de su primer amor: su mánager Enrique García Vernetta, el hombre que la rechazó.

La vida de Rocío Jurado da para mucho. Sin ir más lejos, RTVE vuelve a echar mano de su figura para una nueva entrega de Lazos de sangre, espacio que se emite este jueves, 14 de diciembre. En él se analiza con lupa todo lo relativo a su vida,  su muerte, su herencia y su testamento. Por eso su obra y calidad artística merece ser homenajeada cada año en el aniversario de su muerte y por eso también siempre es posible echar la vista atrás y redescubrir alguna historia apasionante.

Tirando de archivo y biografías autorizadas hemos descubierto al primer gran amor en la vida de Rocío Jurado y hemos descubierto que no fue el boxeador Pedro Carrasco, sino su mánager  Enrique García Vernetta, el hombre que murió «presumiendo» de que la Jurado le pidió en matrimonio y él la rechazó… tres veces.

Cómo se conocieron (y se enamoraron) Rocío Jurado y Enrique García Vernetta

Como no podía ser de otra forma Enrique García Vernetta conoció a Rocío Jurado cuando esta estaba subida a un escenario y se quedó fascinado por ella. En aquel momento Enrique era un apuesto y acomodado joven que una tarde lluviosa de 1968 acabó por casualidad entrando en el Teatro Apolo de Valencia huyendo de una tormenta. Se refugió de un chaparrón, pero le cayó otro encima en cuanto vió a Rocío Jurado actuar.

No se volvió a perder ni una sola representación del espectáculo, acudía fielmente a cada una de ellas y acabó entrando en el camerino de la artista y hasta le regaló un frasco de perfume. El flechazo entre ellos fue instantáneo y comenzó una relación amorosa y profesional que duraría 12 años.

Con esa facilidad que tenía la Jurado para mezclar familia, íntimos y carrera, Enrique pasó a ser su mánager y junto a él su vida profesinal despegó, pero no todo acabó tan bien como sus éxitos en las listas de los más vendidos.

Rocío Jurado con su mánager y pareja Enrique García Vernetta. / ABC

Rocío quería casarse, oficializar su relación, tener hijos… y Enrique García Vernetta no estaba dispuesto a ello. Posteriormente él se pasearía por entrevistas y platós de televisión para contar cómo vivió la chipionera sus constantes rechazos y otras intimidades de su relación, como que tuvo un aborto estando con él.

Las tres veces que Vernetta negó a Jurado

Según Enrique García Vernetta, Rocío Jurado le propuso matrimonio hasta en tres ocasiones y cuando comprobó que él no iba a ceder, le abandonó. Pero seguía enamorada de él (o al menos eso creía Enrique). Llegó a declarar que la Jurado se casó con Pedro Carrasco por puro despecho y que justo antes de su boda le pidió que se fugaran juntos, algo que también se produjo en un par de ocasiones más estando ella ya casada y siendo madre de Rocío Carrasco.

No sabemos si fue el despecho (como afirmaba en vida Enrique García Vernetta) el que provocó que, al final, Rocío Jurado tuviera la boda de ensueño que tanto deseaba, pero nos cuesta resistirnos a pensar que lo suyo con Pedro Carrasco fuera poco menos que caso de amor a primera vista. La escena sobre cómo conoció a Pedro Carrasco parece salida de la película de El guardaespaldas.

Imaginemos que en 1974, en un festival benéfico en Las Ventas, la multitud asalta el escenario para estar más cerca de su artista favorita, Rocío Jurado, y la cantante acaba desmayada en el suelo entre la avalancha humana. Cuando recupera el conocimiento solo tiene ojos para el campeón de boxeo Pedro Carrasco, que se encuentra en la enfermería preocupado por ella. Y así es cómo nació la segunda historia de amor de la vida de la más grande, la que sí acabó en boda y con Rocío Jurado siendo madre y artista.

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