Así fue la boda de Mariola con un enemigo de los Franco: la única hermana de Carmen Martínez-Bordiú que no se ha divorciado

Hoy se cumplen 49 años de una de las bodas más curiosas de la alta sociedad española del siglo XX: la de Mariola, hermana de Carmen Martínez-Bordiú. Se casó un 14 de marzo y ha sido muy feliz desde entonces. Pero conseguirlo no fue fácil. La fecha de la boda entre María de la O Martínez-Bordiú, nieta de Francisco Franco, y Rafael Ardid Villoslada, estaba fijada para el 27 de noviembre de 1973, según anunciaba la revista ¡Hola! en portada. Tras la pedida, celebrada el 25 de octubre, en la intimidad, la segunda nieta del dictador, conocida como Mariola en familia, se iba a convertir en una mujer casada un mes después.

Pero las previsiones no se cumplieron, porque el enlace se retrasó. Se dijo que se debía a la proximidad del matrimonio de la princesa Ana de Inglaterra, para que no coincidiera con él. Pero la boda se pospuso dos veces y nadie supo a ciencia cierta la razón.

Las dos familias se conocían desde hacía tiempo. Mariola y Rafael, seis años mayor que ella, mantenían relación ya de niños y fueron novios desde muy pronto. Tanto los Franco como los Ardid tenían casa en el pantano de Entrepeñas y pasaban allí temporadas.

Sin embargo, había un detalle en aquel noviazgo que molestaba especialmente al padre de la novia, Cristóbal Martínez Bordiú, marqués de Villaverde, casado con Carmen Franco. Rafael Ardid era nieto, por parte de padre, del militar Tomás Ardid Rey, general republicano, que había desempeñado un papel clave en la defensa de Madrid, en 1936, y que fue represaliado por el régimen de Franco y condenado a trabajos forzosos. Luego fue indultado en los años cuarenta y falleció en 1958.

Parece que Cristóbal Martínez-Bordiú trató, por todos los medios, de anular aquella boda. Pero su hija Mariola, siempre discreta y nada amiga de enfrentamientos, le dejó muy claro que se iba a casar, hiciera lo que hiciera. El matrimonio, finalmente se llevó a cabo el 14 de marzo de 1974, en el Palacio de El Pardo. Fue la última boda a la que asistió el dictador, que fue el padrino de la novia.

Mariola Martínez-Bordiú, que hoy tiene 69 años, es la nieta más desconocida de Franco y la que mejor ha vadeado a la notoriedad de su abuelo y de su familia. Licenciada en Arquitecta y diplomada en pintura –nunca ejerció la profesión al contrario que su marido, también arquitecto– , se ha dedicado durante todos estos años al negocio de las inversiones inmobiliarias, junto con algunos de sus hermanos, y no le ha ido nada mal.

Además, es la única cuyo matrimonio no se ha roto. Siempre tuvo fama de ser la más independiente, incluso en política. No le gustaban las fiestas y hacía poca vida nocturna. Siempre intentó pasar lo más inadvertida posible.

Su boda con Rafael Ardid Villoslada, sin embargo, se retransmitió por TVE. Mariola lució un elegante vestido de novia con mangas capa de Alta Costura de Pedro Rodríguez, uno de los grandes modistos españoles, y una tiara familiar de perlas y diamantes.

El matrimonio vive hoy en la urbanización Monte Príncipe, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Tienen tres hijos: Francisco de Borja, Jaime y Javier. Mariola solo ha aparecido en prensa en ocasiones muy señaladas, como el funeral por su madre o cuando su hijo Jaime sufrió un grave accidente de tráfico en 2010.

Jaime fue el primero en pasar por el altar y lo hizo, en el Pazo de Meirás, con Carmen Panadero Reyes. Francisco de Borja se casó en 2005 con María Ruiz Vega, en Ciudad Real. Y Javier lo hizo en 2019 con la mexicana Fernanda Estévez, en Oaxaca, México. Los tres hermanos han centrado también sus carreras en el mundo inmobiliario y hotelero y trabajan para la empresa familiar. Solo en una ocasión se vio Mariola salpicada por un escándalo, cuando la policía desbarató un negocio de prostitución en uno de los inmuebles que posee en Madrid.