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“Siento que el antitaurino, es un resentido de su tierra”

Nació Torero, como él mismo dice, y tarde a tarde lo ha demostrado en los ruedos. Después de dos años de ausencia, el matador se vistió de luces de nuevo ayer en la Maestranza, coso en el que ansiaba volver a abrir la Puerta del Príncipe. No fue así: devolvieron el toro tras tres avisos...

CORAZÓN TVE

Volvía a una Maestranza expectante tras dos años de castigo para un afición que lo siente como su torero. Sevilla muere con Morante y Morante muere con Sevilla, hasta el punto de que uno de los días más felices de su vida fue aquel en el que abrió de par en par la Puerta del Príncipe como lo que es, un héroe.

Dos años de mal entendimiento con la dirección de la empresa gestora de la Real Maestranza ha sido el peaje que la afición ha pagado hasta ayer, cuando volvieron a verlo hacer el paseíllo. Aunque no tuvo suerte, porque uno de los toros tuvo que ser devuelto en una de las peores tardes del diestro.

Morante es poderoso, pero es materia sensible que encuentra en la soledad y en el silencio a su verdadero yo.

  • Corazón: ¿Nos puede decir quién es Morante de la Puebla? Morante de la Puebla: Ese soy yo (risas). Bueno, un torero con las características personales propias del ser humano. Cada uno tiene su personalidad, sus formas, pero sobre todo, un torero.

  • Corazón: ¿Quién dice la gente que es Morante de la Puebla? Morante de la Puebla: No sé, dirán de todo. Algunos, que soy un poco atrevido, pero tampoco puedo quejarme. Siempre lo siento desde el respeto y me quedo más con la admiración y los halagos, que con aquello que dicen quienes no comparten mi forma

  • Corazón: ¿Tenía ganas de volver a Sevilla? Morante de la Puebla: Claro, muchas. Siempre se tienen ganas de torear en Sevilla, y más después de dos años. Decidimos no ir porque no podía consentir una serie de cosas que entiendo intolerables. Ahora todo ha cambiado y toreo allí de nuevo

  • Corazón: ¿Merece la pena arriesgar la vida por una tarde de gloria? Morante de la Puebla: Si me lo preguntas a mí, te diré que sí. Si se lo preguntas a alguien a quien no le gustan los toros, te dirá que es una locura. El toreo es una profesión muy vocacional y muy difícil, la comparo con la de cura. Si no tienes una vocación muy fuerte no aguantas, porque el miedo a perder la vida es constante y a la vez está la exigencia del público y de los compañeros. O tienes vocación o pasa lo que le ha sucedido a muchos, que les quitó la afición una becerrita.

  • Corazón: ¿Qué piensa de los antitaurinos? Morante de la Puebla: Entiendo que no compartan esta afición, que la detesten, pero el toreo es un ejercicio tan arraigado a nuestra tierra y a nuestras costumbres que solo puede revelarse como una forma violenta para aquellos que odian España. Siento que el antitaurino es un resentido de su tierra. Veo en ellos el odio y me sellan con calificativos como señorito ganadero, hombre rico o de postín, y para nada me siento identificado con eso. Nací en una familia muy humilde y por mi vocación a los toros, y gracias a Dios, he tenido éxito. Los antitaurinos ven a los toreros y ganaderos como a unos ‘señoritingos’ y eso me duele, porque soy una persona normal.

Si no hubiera sido torero, no habría sido nada”

  • Corazón: A usted le gustan los toros nobles, y muy poco los que tienen una arrancada corta. Morante de la Puebla: La arrancada la prefiero cuanto más larguita mejor, no vaya a ser que se quede cortito, se fije en las zapatillas y no me dé tiempo a colocarme para el segundo pase. El toro bravo y noble tiene una belleza tremenda, y me encanta cuando se le cita en el caballo y mete los riñones. Un toro bravo, a poco que sientas esto, te hace hervir la sangre.

  • Corazón: Se dice que el único que tiene vergüenza en el toreo es el toro... Morante de la Puebla: Se ha dicho siempre y lo suelen decir los que han fracasado. El toreo es una lucha por abrirte camino y cada uno utiliza sus artimañas. Ahí solo hay pureza. Todos quieren ser mejores que el resto, pero la competencia es muy sana y necesaria para que haya pasión.

  • Corazón: ¿Cuál es su lado más canalla? Morante de la Puebla: Yo no soy canalla. Me gusta reírme, bailar, disfrutar, pero no tengo muy desarrollada esa actitud (sonríe).

  • Corazón: ¿Qué hay que hacer cuando a uno lo desarma un toro? Morante de la Puebla: Rápidamente coger mejores posiciones para volver a armarte (risas).

  • Corazón: ¿Y qué haría Joselito 'el Callo'? Morante de la Puebla: Yo creo que a Joselito jamás lo desarmó un toro. Era tan grande y tan rey que nunca se vio en esa tesitura. En los videos de él jamás le he visto en un desarme. Quizá los habrá tenido, pero no se me pasan por la cabeza.

  • Corazón: ¿Quiénes son los grandes del toreo? Morante de la Puebla: Para mí Joselito es el rey, el más grande de todos, y Juan Belmonte. De ahí, hacia detrás. Hablan de ‘el Guerra’, que era un torero muy poderoso, Lagartijo, Frascuelo... Son toreros que se nos quedan muy lejos porque ni siquiera de algunos hay fotos. Ordóñez, Pepe Luis Vázquez... Muchos, pero que hayan avanzado más, ninguno. Manolete sí que dio un paso más allá. Se estaba más quieto y era un torero comprometido. José Tomás pisó por primera vez unos terrenos que nadie había explorado y aunque ahora lo pisan otros, él fue el primero en conocerlo. Se me olvidarán muchos. Ordóñez tenía un señorío y una naturaleza inigualable. Rafael Ortega fue un grande...

  • Corazón: ¿Hay escuela andaluza en el toreo? Morante de la Puebla: Sinceramente creo que el toreo nace en Andalucía. Los diestros más importantes, los primeros, nacen en Sevilla, Ronda, Chiclana... El sur ha tenido siempre una forma especial de tratar el juego con el toro. Se toreaba en más lugares de España, incluso del mundo, en Londres hubo dos plazas de toros, pero lo que es arte y duende solo se pudo consumar en Andalucía, como ocurre con el flamenco. El torero artista con duende, como decía Lorca, era de aquí. Hay toreros muy importantes, pero es la escuela andaluza la que le ha dado más consistencia a la tauromaquia.

A veces le pregunto a

  • Corazón: ¿Morante está loco? Morante de la Puebla: No sé, dicen que no. A veces se lo pregunto a los médicos: "¿Yo estoy loco?". Y también me dicen que no. Ellos son los que mandan en eso (risas).

  • Corazón: Hay que estarlo para ser torero... Morante de la Puebla: Hay que estar un poco para allá (risas). Es una profesión muy aventurera. Belmonte cuenta en sus memorias que quería ser torero aunque no sabía muy bien lo que era eso. Él nació en una familia muy humilde y no lo conocía de cerca. Se crió en la calle, quería tener aventuras con los toros, y decía que algún día se embarcaría a cazar leones en África. Estaba loco de contento con eso. El torero es una persona que vive apasionada. Joselito, en cambio, nació en otro tipo de familia. Su padre era matador de toros, con otra educación.

  • Corazón: ¿Tres fechas señaladas en su vida? Morante de la Puebla: La primera y la única vez que salí por la Puerta del Príncipe de Sevilla, una fecha preciosa. El día que tomé la alternativa fue para mí fundamental. Y el día que nacieron mis hijos.

  • Corazón: ¿Tres faenas inolvidables? Morante de la Puebla: Tengo muy mala memoria y cada vez que me preguntan, apenas me acuerdo. Cuando me empiezan a dar pistas actúo por cortesía, como si me acordase de esas tardes. Las últimas son aquellas en las que uno es más uno mismo. Por decirte una de las últimas, la de México en la que corté dos orejas. El toro se llamaba Debutante. Espero debutar muchas tardes en Sevilla este año y de esa manera.

  • Corazón: ¿Qué le dan el silencio y la soledad? Morante de la Puebla: En el silencio y en la soledad encuentras lo que eres tú. Es donde nacen nuestras ideas y nuestra verdadera vida. A mí me encanta la soledad. Cuando estoy delante del toro estoy solo y, de hecho, se debe estar solo y aislado de la presión externa. Ahí uno se encuentra con uno mismo. El silencio hace fluir la verdad y es el que me ha guiado siempre. Nunca me han gustado los aduladores. Cuando los he escuchado ha sido como si oyese llover. Es bonito que pase, pero no es lo que me mueve. Huyo de los halagos.

  • Corazón: ¿Ha hablado alguna vez con el toro? Morante de la Puebla: Rafael de Paula dijo en una entrevista que un toro le llegó a decir: "¡Como te coja, te mato!" (risas). No es que hable con el toro, sino que hablo conmigo mismo. El toro es como un espejo que te hace ver todas tus penurias. Continuamente está provocando un miedo al que te estás sobreponiendo. Es un monólogo, no un diálogo. Hay veces que acaba en sainete y tienes que coger por el camino de en medio (risas).

  • Corazón: ¿Le gustaría que le recordasen con un monumento fúnebre como el que hizo Mariano Benlliure para Joselito? Morante de la Puebla: Sería muy bonito, pero no me gusta recordarme estando vivo. No me gusta ni poner fotos mías en mi casa. Cuando me llegue el último día, que sea algo rápido, fuera y se acabó.

  • Corazón: ¿Quién es Dios? Morante de la Puebla: Alguien a quien veo en muchos sitios. Lo veo en el arte, en la naturaleza, en la inocencia... La obra misteriosa de Jesucristo me apasiona. Lo necesito en mi vida. No soy practicante, pero sin embargo me siento bien en una iglesia. En ellas existe el silencio en estado puro, igual que en la Maestranza. El silencio maestrante es expectante cuando la cosa va bien.

  • Corazón: ¿Es un hombre feliz? Morante de la Puebla: Podría decir que sí. Tengo que dar muchas gracias a Dios porque no puedo pedir más para ser feliz. Tengo salud, una familia, amigos y soy feliz toreando. Lo tengo todo.

  • Corazón: ¿Si no hubiera sido torero, tiene claro qué habría sido? Morante de la Puebla: Hubiese estado a la suerte de Dios. No he tenido ninguna labor de aprendizaje de otra cosa. Nací torero. De novillero, me horrorizaba no poder triunfar en los toros porque no sabía hacer otra cosa que no fuese torear. Belmonte decía que el toreo es una enfermedad que no tiene cura. Difícilmente el torero que no ha podido serlo puede ser feliz. Siempre tiene ese amargor interior. Yo creo que habría sido un torero amargado si no hubiese triunfado, porque sentía pánico solo de pensar que eso pudiera ocurrir. Gracias a Dios, el toro me ha dado muchas cosas. Estoy feliz, porque si no hubiera sido torero, no habría sido nada.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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