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Este beso, el 11 de julio de 2010 tras proclamarse España campeona del mundo de fútbol dio la vuelta al mundo.
El romance de Iker y Sara comenzó en el año 2010, poco antes de que España disputara el Mudial de Sudáfrica y tras conocerse en la Copa Confederaciones, celebraba en el mismo país un verano antes.
Iker Casillas y Sara Carbonero se convirtieron en padres primerizos con la llegada de Martín en enero de 2014.
La parejo posó en enero de 2014 a su salida de la Clínica Ruber Internacional de Madrid con su primer hijo en brazos de la presentadora.
Iker Casillas y Sara Carbonero a la salida del templo tras recibir el niño en Sacramento.
Cuando vivían en Madrid era habitual verles siguiendo al equipo de baloncesto del Real Madrid en la grada junto a otros compañeros de vestuario de Iker Casillas.
Hace unos meses Sara Carbonero acompañó a Iker a recibir esta distinción de manos de Mariano Rajoy.
Iker Casillas y Sara Carbonero pasearon su amor por Zúrich.
Iker Casillas y Sara Carbonero han intentado pasar lo más desapercibidos posible para la prensa rosa.
No han sido pocas las veces que les hemos visto disfrutar del Masters 1000 de Tenis de Madrid.
Desde que se marcharon a Oporto, Iker y Sara han encontrado el refugio ideal de los focos.
Iker Casillas y Sara Carbonero no pudieron reprimirse ya una vez en España.
Iker Casillas y Sara Carbonero habían sido objeto de rumores de boda constantemente.
Estos gestos cariñosos se han ido diluyendo con el paso de los años, dando paso a una relación sólida sin grandes aspavientos de cara a la opinión pública.
Iker Casillas y Sara Carbonero disfrutaron de uno de sus primeros conciertos desde que comenzaron la relación.
Iker y Sara sobre el césped del campo en el que él se proclamó campeón del mundo.
Iker parece estar resguandando del frío a su chica con su abrigo y un abrazo.
El portero y la periodista disfrutando de las playas brasileñas en el verano de 2011.
Sara Carbonero, muy celosa de su intimidad, besa en la mejilla al que hoy es su marido.
Iker y Sara siempre han sabido respetar la fina línea que separa lo personal y lo profesional, en su caso.
Así le acompañó al médico cuando tuvo la lesión en la mano que supuso el principio del fin de su carrera en el Madrid.
Iker mete su mano de manera sutil por debajo de la camiseta de Sara.