La de veces que me han preguntado: "¿Por qué corres? ¿No te aburres?". Me quedaba sin saber qué decir... Llevo tanto tiempo dando zancadas que casi olvidé por qué lo hacía. Corría en el cole, en el equipo de atletismo, con mis amigas y con mi padre cuando salía al atardecer bajo la lluvia perenne de mi tierra. Pero nunca me había preguntado porqué. "Corro porque me gusta. Porque me hace bien", respondía sin más.

El hecho de calzarme las zapatillas y salir a correr para volver helada, estirar y meterme bajo la ducha con un buen tiempo en mi cronómetro es algo que ha marcado mi vida, el ritmo de mis tardes y mis fines de semana de carreras y campeonatos. Corrí, corrí mucho en la vida. Corrí lejos. Incluso a veces corrí para que nadie me encontrara. Siempre me sacaban del apuro mis largas piernas y mis ganas de soledad con las que disfrutaba. Después llegó la música que me acompañó con un walkman y, cómo no, más tarde toda esa tecnología que hoy llevo cada vez que salgo a trotar.

No sabría qué hacer si no saliera a recorrer tantas ciudades como he conocido corriendo

Correr es mi fuga y mi encuentro y he de reconocer que no sabría qué hacer si no saliera a recorrer tantas ciudades que he conocido corriendo por sus calles y parques. Siento además especial admiración por los atletas más que por ningún otro deportista. Las mujeres que corren me parecen bellas y bravas, y las niñas que hacen atletismo me cautivan por su tesón. Por algo será. Veo a la niña que fui, nerviosa, enfundándose zapatillas de tacos para el cross. Veo días de entrenamiento y nervios en la salida. Y ahora ya se han convertido en horas de salir a correr por el gusto de salir con amigos y disfrutar de los minutos de medirme cómo voy a cada zancada. El tiempo pasó. Comencé a hacer viajes a carreras populares, medias maratones, y cómo no, la San Silvestre antes de las Campanadas.

Siempre he dicho que correr es de valientes. Implica medirse y avanzar. No sirven medias tintas. He tomado grandes decisiones corriendo a buen ritmo. He hecho grandes amigos corriendo. Pero, sobre todo, me he reconciliado conmigo y con mi nivel de exigencia. He aprendido que no siempre se logra todo lo que uno se propone y que el cuerpo y la cabeza hacen uno para conseguir aun así una máquina muchas veces imprevisible.

Acaba de celebrarse la maratón de Nueva York y allí aprendí que cuatro meses de entrenamiento son el mejor camino para la mejor lección. Me acompañó Martín Fiz y mi amiga del alma. No es la meta, es la senda la que nos llena a los corredores de fondo. Nueva York te arropa en la carrera más emocionante que he corrido. Aunque acabé lesionada y sufrí, lloré al llegar y supe porqué corría: para seguir corriendo.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

¿Qué me deparan los astros?