Este fin de semana saltaba la noticia. Tras siete años de matrimonio Adele y su marido, Simon Konecki, habían decidido poner punto y final a su relación y hacer caminos por separado. Una ruptura que nos pillaba por absoluta sorpresa, como nos ha pasado en numerosas ocasiones con parejas del mundo del corazón.
El dolor sentimental es obvio en este tipo de situaciones a nadie le gusta llegar, pero, además, hay unas consecuencias económicas que, en este caso concreto, parece que van a repercutir de una manera considerable en el bolsillo de la artista. Porque ya se está hablando del dineral que, todo apunta, tendrá que desembolsar la cantante.
Se estima que Adele, que posee una fortuna que ronda los 173 millones de euros deberá pagar a su ex aproximadamente la mitad de ese montante. Se habla de 86 millones con los que deberá indemnizar al padre de su hijo, Angelo.
Esto sería así porque, cuando contrajeron matrimonio, en 2017, no firmaron ningún tipo de documento de separación de bienes. Así que, estando en régimen de gananciales, ahora podría acordarse de ese papel que jamás existió. Eso o puede que lleguen a un acuerdo amistoso para arreglar las cosas de otra manera.
El comunicado con el que anunciaron su disolución como pareja sentimental, aseguraban que lo hacían de mutuo acuerdo y que tratarían de hacerlo de la manera más amistosa posible por ese pequeño que tienen en casa. Pero, ¿cuántos comunicados en esos términos hemos visto que luego han resultado no coincidir con la realidad? Tendremos que esperar.
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