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Confidencias: les pasa factura

La vuelva de Miguel Bosé a Madrid se produce casi un año después de que Nacho Palau pusiera una demanada para pedir acciones de filiación paterna no matrimonial.

Miguel Bosé durante los premios platino. / Gtres

Pilar Vidal
PILAR VIDAL

Esta semana los paparazzi sorprendían a Miguel Bosé a su llegada al aeropuerto de Madrid junto a dos de sus cuatro hijos. Era la primera vez que volvía a España desde que en octubre de 2018 su ex pareja, Nacho Palau, decidiera poner una demanda en la que pedía acciones de filiación paterna no matrimonial con fundamento en la posesión de estado y su participación en sociedades de Bosé. Una noticia que hizo correr ríos de tinta durante semanas. No solo por el hecho traumático que suponía la separación de los más pequeños de la familia, que hasta entonces habían crecido juntos y vivido bajo el mismo techo, sino también porque Palau confirmaba por primera vez algo que durante 26 años habían tratado de ocultar y es que eran pareja. Muy arrepentido tiene que estar de no haber arreglado las cosas de forma legal. O quizás el cantante le dejó siempre claro que cada uno lo suyo (niños incluido). Tiempo hubo más que suficiente y si no se hizo porque nunca imaginaron que acabarían así, demuestran poca inteligencia. Porque por mucho cariño o amor que haya entre dos personas, lo que es de ley es de ley. Pero no solo contemplando una posible ruptura, sino en caso de haber fallecido uno de los dos se hubieran visto en la misma situación. En parejas con desigualdades económicas y más con niños de por medio hay que hacerlo. Porque Nacho ha pasado de vivir en Panamá a trabajar en el campo a las afueras de Valencia. Mientras que Bosé lo único que ha perdido es un poco la voz. Y lo de recurrir a la justicia es el último cartucho que el valenciano tenía para no perder todo el contacto con sus hijos. Y cuando le preguntan en ‘La Razón’ si contempla una reconciliación, responde que no lo sabe. ¿En serio? Tampoco sabemos si los hermanos se hablan por FaceTime o si ni siquiera esta vez se verán o llegarán a un acuerdo después de haber madurado la situación. Al cantante tampoco se le ve feliz. La educación y el cariño tienen que estar por encima de todo. El tiempo del despecho ya pasó. Hay que pasar a la siguiente fase y evitarse más sufrimiento porque al final eso es lo que trasmiten, y como dice Luz Casal, nuestra vida es finita y hay que aprovecharla.

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