IN MEMORIAM
IN MEMORIAM
A sus 92 años Cuqui Fierro es una figura que está muy fijada en el imaginario colectivo por su gran carisma y su gran labor filantrópica. Discreta y elegante con su vida personal, Cuqui no tenía apellidos aristocráticos, pero sus cuentas sí estuvieron siempre saneadas, algo que aprendió de su padre, Ildelfonso Fierro, fundador del Banco Ibérico.
Una figura legendaria de la que la propia Cuqui Fierro hablaba con orgullo y satisfacción en el rastrillo Nuevo Futuro de 2013, pues era una de las mejores clientas de esta iniciativa benéfica puesta en marcha por su gran amiga, la infanta Pilar de Borbón y en el que ahora está muy involucrada su hija, Simoneta Gómez-Acebo, como ella misma nos contó en una reciente entrevista con Mujerhoy.
Con mucha sorna, Cuqui Fierro, que vende en la actualidad su palacete madrileño, manifestaba que conocía a muchas aristócratas encantadoras, «pero otras te miran por encima del hombro porque a tu abuelo no le mató con una lanza el Cid Campeador. ¡Oye guapa! Que mi padre salió de la nada y luchó para lograr todo lo que consiguió!», manifestaba en La Razón.
En la misma entrevista subrayaba que su progenitor les enseñó a ser valientes y aseguraba que había nacido en un pesebre, como Jesús. Asimismo, rememoraba un invierno muy duro en Madrid, en el que se caían las tejas de los edificios. Contó que su padre alquiló una furgoneta, la llenó de mantas y las repartió en Vallecas. Sus hijos le acompañaron para que vieran otras realidades que no eran las de su círculo social. Era fundamental que aprendiesen a ser humildes.
El padre de Cuqui e Ignacio Fierro, fue uno de los empresarios más importantes de la España de Franco. Nació en Lugueros, en la provincia de León, en 1882, localidad en la que estuvo viviendo hasta que cumplió 14 años. Ildelfonso Fierro tenía lo que se suele denominar olfato para los negocios y una intuición excepcional, pues no podemos perder de vista que sus orígenes eran humildes y no tenía una gran formación académica.
Nacido en una familia de comerciantes, cursó los estudios elementales y adquirió conocimientos mercantiles antes de dar comienzo a una fascinante historia, que queda recogida en el libro Ildefonso Fierro, la aventura de un emprendedor, escrito por Elena San Román López, que vio la luz en 2011.
El padre de Cuqui Fierro consiguió crear un grupo empresarial enorme que abarcaba sectores muy diversos, desde las finanzas, la construcción, la minería, los seguros o los perfumes, por poner solo unos ejemplos. Siempre ejerció de leonés y así donó el denominado Edificio Fierro, que ocupa la sede del Instituto Leonés de Cultura. También donó las antiguas escuelas de su pueblo.
Ildefonso Fierro era emprendedor porque su padre, Toribio, también lo fue y creó sus propias empresas. No en vano, fundó junto a su hermano Félix, Fierro Hermanos, con sede en San Esteban de Pravia, en Asturias. La compañía se dividió en dos cuando los hermanos se separaron en 1870. El hijo de Toribio, Ildelfonso, padre de Cuqui Fierro, comenzó a trabajar en el negocio familiar, concretamente en los negocios marítimos, aunque muy pronto decidió mudarse a Madrid en busca de nuevos horizontes.
A partir de ahí comenzó su irresistible ascensión empresarial que le llevó a crear empresas de diferente índole en Portugal, en el protectorado español en Marruecos e incluso algunos países de Hispanoamérica, como Venezuela, Perú y Ecuador. Falleció de un infarto el 6 de diciembre de 1961. A su entierro asistieron, entre otros, Carrero Blanco, y una nutrida representación del gobierno de Franco. Dejaba un ingente patrimonio y una gran colección de joyas y obras de arte, algunas de las cuales se han subastado recientemente.